El catastrófico temporal ha causado al menos 212 muertos en Valencia, y unas 50 personas siguen desaparecidas
La búsqueda de posibles víctimas de las fuertes lluvias torrenciales que arrasaron hace once días parte de la provincia española de Valencia (este) prosiguen este sábado con ayuda de recursos tecnológicos (georradar y batimetría) en la laguna litoral de la Albufera, informó la agencia EFE.
También se mantiene el rastreo en la zona del río Magro, la rambla del Poyo, la desembocadura del río Turia y el mar Mediterráneo, después de que el catastrófico temporal haya causado al menos 212 muertos en Valencia, y unas 50 personas siguen desaparecidas.
El desastre causó siete víctimas mortales en la región limítrofe de Castilla-La Mancha y una más en la provincia andaluza de Málaga (sur).
En las zonas de Valencia arrasadas por la riada (75 municipios afectados) hay desplegados cerca de 2.450 bomberos de más de 40 organismos y 8.000 militares, entre ellos, 52 buceadores, así como 9.700 agentes de la Policía y la Guardia Civil y 130 agentes regionales valencianos.
El Ministerio del Interior, a petición del gobierno regional valenciano, ha solicitado la activación del Mecanismo Europeo de Protección Civil para incorporar equipos de bombeo de alta capacidad y expertos de Asistencia Técnica y Apoyo en las tareas de emergencia.
Al igual que el fin de semana pasada, una marea de voluntarios se dirige este sábado a las localidades valencianas más afectadas para ayudar en la limpieza de viviendas, la retirada de toneladas de barro, escombros, vegetación y enseres inservibles de las calles y ayudar a los vecinos en lo que necesiten.
Las inundaciones han causado daños materiales multimillonarios en propiedades privadas y públicas como puentes y carreteras, muchas de ellas aún intransitables.
La Plataforma del Voluntariado de la región Valenciana ha organizado, a petición de los ayuntamientos, a 1,400 personas al día para este fin de semana.
Las autoridades han dispuesto equipos de psicólogos para atender a las personas traumatizadas por los efectos catastróficos de las riadas.
Entre las propiedades dañadas, figuran miles de fincas agrícolas y ganaderas, en concreto 25,000 hectáreas de cultivos como caqui, cítrico, hortaliza y vid, según cálculos provisionales de la entidad de seguros del campo, Agroseguro.
Hay al menos 10,000 agricultores afectados en 50,000 parcelas y el volumen de producción afectada asciende a 650 millones de kilos, según datos de Agroseguro.
El capital asegurado en estas zonas es de $270 millones, pero los expertos aún no han estimado las indemnizaciones previstas.
También miles de empresas, pequeños y grandes negocios, se han visto perjudicadas por la gran avalancha de agua y barro, que invadió todo tipo de inmuebles y dejó inservibles millones de productos de todo tipo, alimentos, electrodomésticos, ropa, utillaje o automóviles.