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Chad anuncia la ruptura de sus acuerdos de defensa con Francia

Chad anuncia la ruptura de sus acuerdos de defensa con Francia
Policía en Francia. EFE/Sebastien Nogier

El gobierno chadiano busca nuevos socios que colaboren en las necesidades de seguridad a las que se enfrenta

Emmanuel Macron procuró frenarlo. Es posible que sus asesores le informaran de que detener por completo la decadencia de la política francesa en África es algo que no puede hacerse, que el mundo está cambiando y que no hay cabida para lo viejo, donde Francia es para los africanos lo viejo, el pasado que tira hacia abajo en sus sueños de desarrollo.

Pero procuró frenarlo. Algo es algo. Macron lo intentó mientras se aferraba al retrato de de Gaulle y le pedía perdón, informó el diario español La Razón.

Por eso, la noticia de que Chad ha concluido sus acuerdos militares con Francia tras más de 64 años de cooperación en este ámbito era algo inevitable, aunque pudo haberse retrasado un poco más. Primero ocurrió con Mali, luego fueron Burkina Faso, Níger y Chad; uno a uno, más o menos rápido, inexorables, han ido desechando a París de vuelta a los Elíseos.

En un comunicado emitido por por el ministerio de Exteriores chadiano, se informó a la opinión nacional e internacional “de su decisión de poner fin al acuerdo de cooperación firmado con la República Francesa y revisado el 5 de septiembre de 2019”, una decisión que se dice que fue tomada “tras un análisis en profundidad”.

El resto del documento es de un valor inapreciable para quienes estudien Historia en un futuro: El gobierno chadiano apunta que la decisión pretende reafirmar su plena soberanía y redefinir sus asociaciones estratégicas, aunque se compromete igualmente a respetar las condiciones del acuerdo y a cumplir con el plazo de preaviso para su término.

 

El presidente francés, Emmanuel Macron. EFE/EPA/Lewis Joly.

Igualmente, asegura que “esta decisión no pone en duda de ninguna manera los vínculos de amistad entre las dos naciones. Chad sigue decidido a mantener relaciones constructivas con Francia en otras esferas del interés común, en beneficio de ambos pueblos”. Concluye con un agradecimiento y una firma.

Un punto positivo que pueden anotarse los franceses son los términos amistosos en los que se escribe la misiva. Al fin y al cabo, el embajador francés en Níger fue expulsado del país tras pasar dos meses encerrado en la embajada, y los periodistas franceses expelidos de Burkina Faso aún no han regresado. El tiempo dirá si ese tono se mantiene.

Esta misma semana se produjo en Yamena una visita del ministro de exteriores francés, Jean-Noël Barrot, previsiblemente programada con la intención de frenar lo inevitable. Y es en este contexto crucial donde la presidencia chadiana ha decidido concluir los acuerdos de cooperación militar con Francia.

Porque Mahamat Déby necesita socios que se manchen las manos. Que mueran. Necesita soldados, no necesita instructores ni modernos aparatos que, de cuando en cuando, lancen una bomba desde un avión, sino carne de cañón, soldados del fango, un acompañante para hacer frente a las variables que ofrece la oscuridad.

Otros países podrían aparecer con mayor contundencia en el mapa. Por ejemplo, Hungría, que ya acordó con Déby el envío de una modesta fuerza al país africano.

También Emiratos Árabes Unidos, poco dado a enviar personal militar a África pero considerado como un creciente proveedor de armas en el continente.

Incluso China y Turquía han aportado instructores en el terreno en otros países africanos, cuando no combatientes de otras compañías de seguridad privadas (como es el caso turco). Pero no cabe duda de que Rusia es el nombre que trona por encima del resto.

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