Bloomberg ha contactado con varias fuentes que confirman que la inteligencia rusa estuvo implicada
El pasado domingo, Siria inauguró una nueva etapa marcada por la esperanza e incertidumbre a raíz de la salida del presidente Bachar Al Asad junto a su familia del país. Esta se vio precipitada por la llegada a Damasco de la coalición rebelde encabezada por el grupo islamista Hayat Tahrir al Sham (HTS), tras una ofensiva relámpago que les permitió hacerse con las principales ciudades del país en apenas 11 días, informó el diario español La Razón.
La huida de Bachar supuso el fin de un régimen autoritario que se instauró en Siria hace más de 50 años, y que comenzó con el golpe de Estado de su padre Háfez Al Asad.
Sin embargo, la forma en la que abandonó el país ha estado rodeada de interrogantes. Fue durante la madrugada del domingo cuando trascendió que un vuelo de Syrian Air, había despegado de Damasco, aunque no había confirmación de dónde se dirigía, o quién estaba a bordo.
La trayectoria del mismo fue seguida a través de una web, que parecía indicar que se dirigía a la costa siria, antes de hacer un cambio repentino de dirección, y tras unos minutos quedar ilocalizable a la altura de la ciudad de Homs.
Una ruta que dio pie a múltiples hipótesis sobre su destinado final o un posible accidente aéreo. Estas fueron desmentidas por el propio Kremlin.
El avión en el que posteriormente se confirmó que viajaba el exdictador de Siria, aterrizó en Rusia, donde, según informaron distintos medios, el dictador Vladímir Putin, uno de sus grandes aliados, tomó la decisión de concederle asilo, apelando a “motivos humanitarios”.
Desde entonces, las autoridades rusas se han resistido a facilitar más detalles sobre los planes de futuro de Al Asad o sobre el papel que pudieron jugar las autoridades rusas en la su huida.
Sin embargo, Bloomberg ha podido arrojar luz sobre el asunto tras contactar con tres fuentes conocedoras de la situación, pero que no han querido ser identificadas. De hecho, el medio estadunidense comienza apuntando directamente al Kremlin como responsable de la misma.
Bloomberg afirma que Rusia logró convencer a Asad, advirtiéndole de que perdería la lucha contra la coalición rebelde, por lo que les ofreció tanto a él como a su familia un salvoconducto si se iban inmediatamente, con el fin de evitar que el dictador corriera la misma suerte que Muamar el Gadafi en Libia.
La fuga, según el medio citado, fue orquestada por “agentes de inteligencia rusos”, que sacaron a Asad a través de su base aérea en Siria.
De igual manera, explican que la desaparición del avión de los radares se debe a que apagaron el transpondedor precisamente para evitar ser rastreados.