Marcando un hito en la crisis política del país, más de la mitad de los diputados votaron a favor
La Asamblea Nacional de Corea del Sur aprobó este sábado la moción de destitución contra el presidente Yoon Suk-yeol, resultando en su suspensión inmediata del cargo y ofreciendo un respiro, aunque temporal, al tumultuoso clima político que envuelve a la cuarta economía de Asia, informó el diario español La Razón.
Esa decisión histórica se produce en un contexto de creciente descontento, tras la desafiante ruptura de disciplina de al menos 11 miembros del gobernante Partido del Poder Popular, lo que incrementó notablemente las posibilidades de éxito de la moción.
A pesar de la resistencia inicial de algunos sectores dentro del partido, los legisladores optaron por participar en la votación, eludiendo un boicot que podría haber comprometido su posición. El resultado fue contundente: 204 votos a favor, 85 en contra, tres abstenciones y ocho votos nulos.
Con ese desenlace, el primer ministro Han Duck-soo asumirá la presidencia interina, marcando un momento crucial en el caos que sacude al país.
Tras su intento frustrado de imponer la ley marcial y hacer que el ejército amordazara al Parlamento, el exfiscal no sobrevivió a la segunda votación para su expulsión.
Finalmente, la voz inquebrantable del pueblo resonó con fuerza: La defensa de la democracia es innegociable.
En Seúl, decenas de miles de personas se manifestaron tanto en apoyo como en oposición al expresidente.
Desde la tribuna, Park Chan-dae, líder del Partido Demócrata y principal fuerza de la oposición, calificó previamente la declaración del efímero Estado de emergencia de “evidente violación de la Constitución y grave incumplimiento de la ley”.
“Yoon es el responsable de esta rebelión y representa la mayor amenaza para la nación”, sentenció Park, quien además se enorgulleció del resultado del sufragio, afirmando que “supone una victoria para el pueblo y para la democracia”.