Está gestándose un enfrentamiento entre el electorado ultraderechista que votó por Trump y las élites que apoyan al presidente electo y que controlarán el poder
Su mandato aún no ha empezado, pero la nueva administración de Donald Trump ya muestra sus primeras fracturas internas, informó el diario español El Periódico.
El magnate tecnológico Elon Musk y las bases más radicales del trumpismo, el movimiento Make America Great Again (MAGA), llevan días intercambiando insultos y críticas en redes sociales en una cruda pelea sobre raza e inmigración que amenaza con dividir a los partidarios del presidente electo de Estados Unidos.
Todo empezó el pasado domingo, cuando Trump eligió al inversor de capital riesgo Sriram Krishnan, nacido en India, como asesor principal de la Casa Blanca en inteligencia artificial.
Su nombramiento desencadenó una oleada de reacciones racistas en Internet, especialmente desde influyentes personajes de extrema derecha como la activista Laura Loomer, que denunciaron que el empresario estaba en “oposición directa” a la agenda trumpista porque en el pasado había apoyado agilizar el acceso a permisos de residencia para facilitar la llegada al país de trabajadores extranjeros.
El conflicto escaló el jueves, cuando el empresario Vivek Ramaswamy, también multimillonario, de origen indio y miembro del nuevo gabinete de Trump, salió en defensa de su colega criticando la cultura estadunidense que “venera la mediocridad por encima de la excelencia” de los profesionales tecnológicos inmigrantes.
Sus palabras abrieron un cisma entre la base más radical del trumpismo, que exige cerrar las fronteras y restringir la inmigración para priorizar a los trabajadores estadunidenses, y las élites económicas que apuestan por recortar costes, aumentar la producción y, si hace falta, fichar al mejor talento extranjero.
Silicon Valley, meca de la poderosa industria tecnológica estaounidenses, se ha servido del visado H-1B para contratar a ingenieros inmigrantes, muchos de ellos indios, y así crecer.
Musk echó más leña al fuego. El jueves, se mofó del movimiento MAGA al señalar que el encendido debate sobre la inmigración es “la mayor situación de DKE que he visto nunca”, una referencia al llamado efecto Dunning-Kruger, cuando una persona con pocos conocimientos se cree muy lista.
El viernes fue mucho más directo: “Esos tontos despreciables deben ser eliminados del Partido Republicano”, valoró en X.
En otros mensajes más conciliadores, Musk ha tratado de explicar a sus casi 210 millones de seguidores que los trabajadores inmigrantes pueden ayudar a impulsar la economía del país.
Krishnan, exempleado de Twitter, ayudó a Musk a reestructurar la plataforma para transformarla en X. Ramaswamy codirigirá con el magnate el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), un nuevo organismo para recortar “miles” de normativas federales y llevar a cabo despidos “masivos” de funcionarios de la administración pública.
En los últimos días el debate ha enfrentado a partidarios de Trump como la republicana Nikki Haley -también hija de inmigrantes indios-, el fallido candidato a fiscal general Matt Gaetz o el influencer ultraderechista Mike Cernovich contra otros aliados conservadores como Musk o el multimillonario inversor David Sacks, nombrado por el presidente electo como el “zars” que guiará la política de la nueva administración en Inteligencia Artificial y criptomonedas.
Algunos de los miembros más radicales del movimiento MAGA incluso han acusado a Musk de censurar sus críticas en X.
La disputa pone a Trump en una situación complicada y refleja los equilibrios que tendrá que hacer para mantener unida la coalición que le llevó a la Casa Blanca.
“La lucha expone una de las contradicciones más profundas del movimiento MAGA: Llegó a la fama principalmente a través de la clase obrera blanca, menos educada, pero ahora está bajo el control total de multimillonarios tecnológicos e industriales, muchos de ellos inmigrantes”, remarca el medio digital estadounidense Axios.