Una momia egipcia de hace 3,000 años es el caso más antiguo de una enfermedad devastadora
Cuando alguien hace referencia a la Peste Negra o Peste Bubónica, lo primero que normalmente, viene a la mente es la oscura Edad Media en Europa, donde la pandemia causada por la bacteria Yersinia pestis atacó con una virulencia inusitada, matando a más de 50 millones de personas, una cuarta parte de la población, entre 1347 y 1352, informó el diario argentino Clarín.
Los investigadores confirmaron que la enfermedad vino de Asia Central. Hay evidencias arqueológicas que señalan la presencia de la infección en esqueletos de hace 5,000 años encontrados en Rusia. Antes de alcanzar el continente europeo, fue llevada a Crimea por comerciantes y guerreros mongoles.
La temida plaga, sin embargo, no solo se diseminó por Europa, si no que también alcanzó el norte de África, según determinó un equipo internacional de especialistas que han analizado una momia egipcia que datan de hace unos 3,290 años y que se encuentra en el Museo Egipcio de Turín.
“Este es el primer genoma prehistórico de Y. pestis reportado fuera de Eurasia que proporciona evidencia molecular de la presencia de la peste en el antiguo Egipto, aunque no podemos inferir cuán extendida estaba la enfermedad durante este tiempo”, escriben los expertos en un documento que se presentó en la Reunión Europea de la Asociación de Paleopatología en agosto.
Los restos embalsamados pertenecen a un individuo masculino de finales del Segundo Período Intermedio o principios del Imperio Nuevo que probablemente sufría síntomas graves en el momento de su horrible muerte. Sus restos contenía rastros de ADN de Y. pestis tanto en su tejido óseo como en su contenido intestinal, lo que sugiere que la enfermedad ya había progresado a una etapa avanzada cuando el infectado sucumbió.
Como las pulgas son el principal portador de la bacteria, los investigadores empezaron a sospechar que la Peste Negra pudo haber existido en el antiguo Egipto.
Hipótesis que se vio reforzada por un texto médico de hace 3,500 años llamado Papiro de Ebers que describe una enfermedad que “ha producido un bubón y el pus se ha petrificado”.
La bacteria vive dentro del intestino de su principal portadora. Dentro de la pulga, las bacterias se multiplican y bloquean el área similar a la garganta. La pulga se vuelve cada vez más hambrienta. Cuando pica, ya sea a una rata o a un humano, escupe algunas bacterias en la herida.
Algunos investigadores consideran que Yersinia pestis pudo haberse propagado por pulgas que se trasladaban junto a las ratas del Nilo, antes de pasar después a las ratas negras que se escondían en los barcos antiguos y que transmitieron la enfermedad por todo el mundo.
Las personas pueden contraer varias formas de peste. La forma principal, la bubónica, a menudo comienza con fiebre, escalofríos y ganglios linfáticos agrandados. Pero si las bacterias se abren paso hasta los pulmones, una forma más mortal, llamada peste neumónica, puede transmitirse de persona a persona.
Es una enfermedad infecciosa, potencialmente mortal, causada por la bacteria Yersinia pestis, que vive en animales, especialmente en roedores, y más específicamente en las pulgas que llevan estos en su pelaje.
Su nombre viene precisamente de los síntomas que causa: una dolorosa inflamación del ganglio linfático, que afecta tejidos en la axila o la entrepierna formando una especie de ampolla que se conoce como “bubón
Históricamente se la conoció como “la peste negra”, en referencia a que causa gangrena en ciertas partes del cuerpo, como los dedos de las manos y los pies, que terminan totalmente ennegrecidas.