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Devolver el Canal, el reto más difícil para Carter

Devolver el Canal, el reto más difícil para Carter
Los tratados Torrijos Carter se firmaron el 7 de septiembre de 1977 por el entonces presidente de Estados Unidos, Jimmy Carter, y el jefe de Gobierno de Panamá, Omar Torrijos.

Si no lo hacía “la relación entre EE UU y Panamá podía llevar a una nueva crisis en un país donde Washington no podía darse el lujo de inestabilidad”, opinó el expresidente Luis Guillermo Solís

Derechos humanos, democracia y no intervención: la política del presidente Jimmy Carter para América Latina representó una ruptura con el pasado, pero chocó con la realidad en Centroamérica y en Cuba, informó el medio dominicano Listín Diario.

A su llegada a la Casa Blanca en 1977, pese al contexto de la guerra fría entre Estados Unidos y la Unión Soviética, el presidente demócrata intentó dar un nuevo curso a la relación entre su país y el resto del continente americano, un área tradicionalmente de influencia para Washington.

Para Carter, que gobernó Estados Unidos hasta 1981 y falleció el domingo a los 100 años, “América Latina fue fundamental y su política global estuvo orientada hacia los derechos humanos, valores democráticos y la cooperación multilateral”, dijo el politólogo estadunidense Michael Shifter.

Símbolo de esa política fue la firma del tratado Torrijos-Carter en 1977 para la devolución del Canal de Panamá, que pasó a manos panameñas el 31 de diciembre de 1999.

 

Carter comprendió que si no se devolvía el Canal a Panamá, la relación entre Estados Unidos y Panamá podía llevar a una nueva crisis en un país donde Washington no podía darse el lujo de inestabilidad”, opinó Luis Guillermo Solís, expresidente de Costa Rica y politólogo.

 

En el 2016, Carter reconoció que fue “el reto político más difícil” de su carrera, y “la decisión más valiente que el gobierno de Estados Unidos ha tomado, porque era muy impopular devolver el Canal”.

Para Solís, la política de Carter hacia Centroamérica “marcó un hito”. La decisión de Washington de no apoyar al dictador nicaragüense Anastasio Somoza “fue un factor decisivo” en su derrota ante el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN, marxista) en 1979.

Sin embargo, en El Salvador no pudo avanzar con su política y “tuvo que hacer un pacto muy incómodo con el gobierno salvadoreño”, señaló Shifter.

 

Foto de archivo del expresidente de Estados Unidos y premio Nobel de la Paz Jimmy Carter. Foto: EFE, Alex Brandon/Pool.

 

Hacia el final de su mandato y para evitar que las guerrillas tomaran el poder, restauró la asistencia militar a la junta gobernante, que se radicalizó y comenzó a masacrar a civiles, lo cual sumió a El Salvador en una prolongada guerra civil.

Carter intentó también normalizar las relaciones con Cuba, 15 años después de la crisis de los misiles. Flexibilizó el embargo contra la isla comunista, vigente desde 1962, y propició la apertura de las secciones de intereses en Washington y La Habana.

“Con él se inauguró por primera vez la capacidad de diálogo en vez de la confrontación como marco de la relación política”, dijo Jesús Arboleya, exdiplomático cubano.

Pero en 1980, el éxodo por el puerto del Mariel de 125,000 cubanos a Estados Unidos debilitó la presidencia del demócrata.

“Esto funcionó como una válvula de escape para Fidel Castro pero perjudicó políticamente a Carter con el enjambre de inmigrantes inesperados”, dijo Jennifer McCoy, profesora de Ciencias Políticas de la Universidad Estatal de Georgia.

Además, Castro envió tropas a África, contrariando los intereses estadunidenses, un hecho que puso fin al proceso de normalización de relaciones.

Carter estuvo dos veces en Cuba. En el 2002 realizó una visita histórica a La Habana, y se convirtió así en el primer expresidente estadounidense en pisar la isla después de
1959. Volvió en el 2011.

Durante la primera visita, “hizo un llamado audaz para que Estados Unidos aliviara el embargo, pero también pidió a Castro asumir la apertura democrática”, dijo McCoy, quien lo acompañó en ese viaje.

 

Castro estaba sentado en primera fila y temíamos que se levantara para rebatir a Carter en un largo discurso. Pero no lo hizo”, acotó.

 

El republicano Ronald Reagan, que sucedió a Carter, adoptó una posición radicalmente opuesta y retornó a la política de confrontación con Cuba.

La isla debió esperar el arribo a la Casa Blanca del demócrata Barack Obama para iniciar una nueva etapa de normalización que retrocedió tras la llegada al poder del republicano Donald Trump en el 2017.

El presidente demócrata Joe Biden prometió revisar la política pero endureció su posición tras la represión de las manifestaciones antigubernamentales del 2021 en la isla.

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