Alemania y Francia piden la integración de los kurdos en el aparato de seguridad a cambio de garantías de protección
La ministra de Exteriores de Alemania, Annalena Baerbock, y su homólogo francés, Jean-Noël Barrot, reconocieron tras su visita a Siria que son plenamente consciente de la naturaleza yihadista de las nuevas autoridades sirias de Hayat Tahrir al Sham (HTS), pero han admitido que ahora mismo impera la necesidad de seguridad de la población del país antes de avisar que Berlín, París y Bruselas juzgarán a la organización “por sus actos” venideros, informaron medios de prensa internacional.
“Sabemos de dónde viene ideológicamente el HTS, lo que ha hecho en el pasado”, explicó Baerbock tras protagonizar, junto a Barrot -ambos en representación de la Unión Europea (UE)- un encuentro con el líder yihadista y actual hombre fuerte del país, Ahmed al Shara.
“Pero seguiremos juzgando al HTS por sus actos. A pesar de todo el escepticismo, no debemos perder la oportunidad de apoyar al pueblo de Siria en esta importante encrucijada”, recalcó.
Baerbock también ha pedido a las milicias kurdas-árabes de Siria que encabezan las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) que se integren en el nuevo organigrama de seguridad que preparan las autoridades yihadistas del país a cambio de garantías de protección para la minoría kurda en la Rojava siria.
“Todos los vecinos de Siria deben respetar la integridad del país. Para esto hay que integrar a las milicias kurdas en el aparato de seguridad sirio”, ha explicado.
En declaraciones recogidas por la agencia kurda Rudaw, Baerbock también ha llamado al final de los combates que mantienen en estos momentos las FDS con las milicias sirias respaldadas por Turquía en el norte del país.
En las horas previas, Baerbock y Barrot han podido visitar la cárcel siria de Sednaya, uno de los símbolos de la represión del antiguo gobierno del expresidente sirio Bashar al Assad, derrocado el mes pasado en la ofensiva rebelde encabezada por la organización yihadista de alias ‘Al Golani’.
Durante una visita a la prisión, a las afueras de Damasco, la política reconoció la imposibilidad de devolver las vidas a los miles de víctimas que murieron allí, muchas de ellas prisioneros políticos.
“Pero todos podemos contribuir como comunidad internacional a garantizar que se haga justicia”, ha argumentado en comentarios recogidos por la agencia DPA.
Previamente, a su llegada a Damasco, Baerbock declaró que “un nuevo comienzo político es posible entre Europa y Siria, entre Alemania y Siria”.
El requisito previo, precisó, es que todos los sirios, mujeres y hombres, con independencia de su grupo étnico o religioso, tengan un lugar en el proceso político, vean sus derechos garantizados y reciban protección.
“Los ministros reiteraron la necesaria salvaguardia de los intereses de seguridad colectiva, lo que implica continuar la lucha contra Estado Islámica, pero también impedir la difusión de las armas químicas del régimen de Asad”, ha explicado el Ministerio de Exteriores francés en su comunicado.