La NASA mostró “por error” imágenes de este lugar en una investigación en el 2024 y Estados Unidos, que lleva años detrás del territorio
En las últimas semanas, han sido muchas las intervenciones en las que Donald Trump ha mostrado su interés por Groenlandia, actualmente propiedad de Dinamarca, y quizás pueda parecer una utopía u obsesión disparatada la intención e incluso amenaza del presidente electo de Estados Unidos de invadir la isla, informó el diario español La Razón.
Sin embargo, Estados Unidos lleva varios años detrás de este territorio, e incluso ha realizado varias ofertas de millones de dólares o toneladas de oro. La respuesta está, posiblemente, en una ciudad nuclear “secreta” y oculta en esta zona, conocida como Camp Century.
Durante la Guerra Fría, Washington construyó en su estancia en Groenlandia esta pequeña y secreta “ciudad” diseñada para albergar hasta 200 soldados y material nuclear que había quedado enterrada bajo más de treinta metros de hielo y nieve tras su abandono.
Es posiblemente el gran secreto del interés de Estados Unidos por Groenlandia, y a mediados del 2024, la NASA pudo encontrar “por error” esta base y mostrar imágenes gracias al radar UAVSAR, que inicialmente estaba siendo proado para mapear las capas internas de la capa de hielo. El deshielo hizo posible que se produjera el descubrimiento. A pesar de las temperaturas gélidas y vientos de casi 200 kilómetros por hora, se trataba de un refugio seguro contra ataques nucleares.
Trump ya había amagado en su anterior legislatura con la compra de Groenlandia, que es parte del reino de Dinamarca aunque cuenta con su propia autonomía y gran parte de competencias. En 2019, todavía siendo presidente, el magnate propuso la compra de este territorio, lo que provocó que el primer ministro danés, Kim Kielsen, emitiera una declaración para matizar que Groenlandia “no está en venta, pero está abierta a la cooperación con otros países”. Una situación similar a la que se está dando en los últimos días.
El interés de Estados Unidos por Groenlandia ha estado presente desde la creación del país norteamericano, quizás por su posición geográfica, pue a mediados del siglo XIX, el entonces secretario de Estado William H. Seward trabajó con el exsenador Robert J. Walker para explorar la posibilidad de comprar Groenlandia (y también Islandia, aunque eso ya quedaría en segundo plano).
Aunque desde el final de la Segunda Guerra Mundial y hasta hoy se ha incrementado la inclinación hacia esta posibilidad.
Asimismo, Washington tenía intención de ocultar hasta 2,100 silos de misiles nucleares y 60 centros de control de lanzamiento, que se moverían en trenes subterráneos para evitar ser localizados. Una inédita variante para experimentar con estar armas bajo el hielo.
Ya en 1946, las autoridades estadounidenses llegaron a reunirse con altos cargos daneses para realizar una oferta sin precedentes, de $100 millones.
Tampoco hubo suerte, pero Washington sacó algo de beneficio: Copenhague se sentía en deuda por la intervención de Estados Unidos en la Gran Guerra, así que aceptó que se quedara la base aérea de Thule, dentro del territorio en 1950. Esta fue ampliada entre 1951 y 1953 como parte de una estrategia de defensa unificada de la OTAN.
En aquel entonces, la población local de tres pueblos cercanos fue trasladada a más de 100 kilómetros en invierno, y Estados Unidos intentó construir una red subterránea de emplazamientos secretos para el lanzamiento de misiles nucleares en la capa de hielo de Groenlandia, denominada Proyecto Iceworm.