“Las amenazas desde el Norte están despertando un trauma profundamente arraigado en Panamá y en toda América Latina”, sostiene
En una conferencia de prensa, el futuro presidente estadunidense Donald Trump amenaza con tomar el control de Groenlandia y del Canal de Panamá. Las insinuaciones de Trump sobre el futuro del Canal despiertan un viejo trauma en América Latina, escribe el diario alemán Sueddeutsche Zeitung.
“Tanto si las insinuaciones van en serio o no, las amenazas desde el Norte están despertando un trauma profundamente arraigado en Panamá y en toda América Latina. En los siglos XIX y XX, Estados Unidos interfirió innumerables veces en los asuntos de su supuesto ‘patio trasero’, derrocando gobiernos, matando gente y explotando económicamente la región. La historia del Canal de Panamá es un excelente ejemplo de ello.
El diario suizo Neue Zürcher Zeitung apunta: “No sorprende que Trump no quiera descartar el uso de la fuerza militar. ‘Para él, las ideas extremas parecen ser una estrategia de negociación’, escribía el martes The Washington Post.
Al igual que el presidente Richard Nixon, Trump también se considera partidario de la llamada ‘teoría del loco’. Este enfoque supone que un jefe de Estado al que se percibe como dispuesto a todo y como loco tiene más posibilidades de persuadir a sus socios negociadores para que hagan concesiones.
El diario alemán Tageszeitung subraya: “Sí, el ‘loco’ ha vuelto. Es el estilo y el objetivo de Trump hacer que el mundo entero mueva la cabeza con incredulidad. ¿No va a hacerlo de verdad? ¿Lo dice en serio? Es precisamente esta pregunta la que siempre deja deliberadamente en el aire, planteando exigencias descabelladas, sin descartar nada, sin anunciar nada concreto y deleitándose con los jadeos que genera, especialmente entre los aliados de
Estados Unidos. Quienquiera que sea el cascabel más ruidoso y agresivo de la sala establece la agenda, todos los demás tienen que reaccionar”.
Esa es la idea que tiene Trump de las relaciones con sus aliados bajo la premisa de America First. No se trata de confianza y valores compartidos, se trata de que la parte más fuerte, que Trump cree que es Estados Unidos, haga valer sus intereses, o al menos Trump puede afirmar que logró forzar un gran acuerdo.
No importa si al final el Canal vuelve a estar bajo control estadounidense: Si Trump pudiera conseguir aunque solo fuera unos pocos puntos porcentuales de reducción de las tarifas de tránsito para los barcos con bandera estadunidense, ya habría ganado.
“Si lo consigue, lo celebrará como un gran triunfo; si no, nunca volverá a plantear la cuestión. Los aliados no pueden aceptar ese estilo, pero tampoco pueden impedirlo. El trumpismo choca, y por eso funciona”, concluye el Tageszeitung.