Las últimas amenazas del Estado Islámico, en las que pide que se repita el atentado de Nueva Orleans, han reforzado más las medidas de seguridad
Washington comienza a blindarse ante el acto de toma de posesión como presidente de los Estados Unidos de Donald Trump, que tendrá lugar el próximo día 20.
Las amenazas difundidas por el Estado Islámico, en las que pedía que se repitan atentados como el cometido recientemente en Nueva Orleans no han hecho otra cosa que reforzar las sospechas que tenían los responsables de las agencias de seguridad, en el sentido de que los yihadistas, si pueden, no perderán una oportunidad que les puede dar lo que más desean: Publicidad y una apariencia de capacidad operativa mayor de la que realmente tienen, informó el diario español La Razón.
El dispositivo ya fue sometido a un primer ensayo durante el funeral de Estado del fallecido presidente Jimmy Carter.
Fuentes del Servicio Secreto, encargado de la seguridad del presidente de la nación, aseguran que “hemos estado trabajando en estos eventos durante años, en algunos casos. Vamos a estar preparados”.
A pesar de las preocupaciones derivadas del ataque de Nueva Orleans y la acción suicida de Las Vegas contra un hotel de la cadena Trump, los funcionarios de seguridad, según recoge VoA, confían hasta el momento en que los eventos de Washington se desarrollarán de manera segura.
Las fuerzas del orden y las agencias de seguridad no quieren correr riesgos y reconocen que la ciudad y la región operan en un entorno de mayor amenaza. El Servicio Secreto ha convocado agentes de todo el país para aumentar los niveles de personal, que ya eran los más altos en tres años.
El Departamento de Policía Metropolitana de Washington dijo que ha sumado a sus filas casi 4,000 oficiales de departamentos de todo el país. La Oficina de la Guardia Nacional de la capital confirmó que también aprobó solicitudes de apoyo adicional.
Está pendiente una solicitud adicional de 7,800 soldados y aviadores de la Guardia Nacional para ayudar con la seguridad de la toma de posesión de Trump.
Ya se han instalado medidas de seguridad reforzadas, incluidas barreras y vallas, en algunas partes de Washington y alrededor del Capitolio, pero se incorporarán más, incluidos drones.
La Policía del Capitolio de Estados Unidos, cuyos 2,400 oficiales y empleados civiles son responsables de proteger el edificio y a los miembros del Congreso, también dijo que estaban más preparados para manejar contingencias que hace cuatro años, cuando alborotadores molestos con el resultado de las elecciones presidenciales del 2020 irrumpieron en el Capitolio, obligando a los legisladores a huir e hiriendo a agentes de policía.
Los funcionarios desplegados en Washington también se preparan para posibles protestas; ya hay varias manifestaciones planificadas que han obtenido los permisos necesarios.