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Algunos soldados israelíes no quieren combatir en Gaza

Algunos soldados israelíes no quieren combatir en Gaza
Soldados israelíes patrullan la Franja de Gaza en un tanque. Foto: AP, Maya Alleruzzo, Archivo.

Vilk es parte de un creciente número de soldados israelíes que se expresan en contra de un conflicto que se ha extendido durante 15 meses

La imagen de los soldados israelíes matando a un adolescente palestino desarmado en la Franja de Gaza ha quedado grabada permanentemente en la mente de Yotam Vilk, informó el diario español El Periódico.

Oficial del cuerpo blindado, Vilk dijo que tenían la instrucción de disparar contra cualquier persona que ingresara sin autorización en una franja de contención bajo control de Israel en Gaza. Vio al menos a 12 personas muertas, señaló, pero el asesinato del joven es algo que simplemente no puede olvidar.

“Murió como parte de una historia más grande. Como parte de la política de permanecer en ese lugar y no ver a los palestinos como personas”, declaró el soldado de 28 años a The Associated Press.

Vilk es parte de un creciente número de soldados israelíes que se expresan en contra de un conflicto que se ha extendido durante 15 meses y se niegan a seguir siendo parte de él, asegurando que vieron o tuvieron que hacer algunas cosas que cruzaron las líneas éticas.

Aunque se trata de un movimiento pequeño -unos 200 soldados que firmaron una carta en la que indican que dejarían de combatir en caso de que el régimen no concrete un alto el fuego- los soldados afirman que esto es apenas la punta del iceberg y quieren que otros elementos levanten la voz.

 

Soldados y tanques israelíes en los Altos del Golán. EFE/EPA/ATEF SAFADI

 

Su negativa se produce en un momento de creciente presión sobre Israel y Hamás para ponerle fin al conflicto. Las conversaciones de alto el fuego continúan, y tanto el presidente de Estados Unidos Joe Biden como el mandatario electo Donald Trump han pedido que se concrete un acuerdo antes de la investidura del 20 de enero.

Siete soldados que se negaron a seguir combatiendo en Gaza hablaron describiendo cómo los palestinos fueron asesinados indiscriminadamente. Varios dijeron que recibieron órdenes de quemar o demoler casas que no representaban una amenaza, y vieron a otros soldados saquear y vandalizar algunas residencias.

Los soldados están obligados a mantenerse ajenos a la política, y rara vez se expresan en contra del ejército.

Las divisiones han ido en aumento a medida que la guerra se prolonga, pero la mayoría de las críticas han girado en torno al creciente número de soldados muertos y al fracaso por no traer de regreso a casa a los rehenes capturados durante el ataque inicial del grupo miliciano, y no en lo que ocurre en la Franja de Gaza.

Grupos internacionales a favor de los derechos humanos han acusado a Israel de crímenes de guerra y genocidio en Gaza. La Corte Internacional de Justicia investiga las acusaciones de genocidio que presentó Sudáfrica. La Corte Penal Internacional busca el arresto del primer ministro Benjamin Netanyahu y del exministro de Defensa Yoav Gallant.

 

Foto archivo. Primer Ministro Benjamin Netanyahu. Foto: EFE, EPA, ABIR SULTAN.

 

Israel rechaza rotundamente las acusaciones de genocidio y asegura que toma medidas extraordinarias para minimizar el daño a los civiles en Gaza.

Las organizaciones defensoras de los derechos humanos aseguran desde hace tiempo que el ejército hace un trabajo deficiente al momento de realizar investigaciones internas.

Los soldados pueden ir a la cárcel por negarse a servir, pero ninguno de los que firmaron la carta ha sido detenido, según los organizadores del movimiento.

Cuando Vilk entró a Gaza en noviembre del 2023 pensó que el uso inicial de la fuerza podría llevar a ambas partes a la mesa de negociaciones. Pero, a medida que la guerra se prolongaba, dijo que vio como el valor de la vida humana se desintegraba.

Aquel día de agosto en que el adolescente palestino fue asesinado, narró que las tropas israelíes le gritaron que se detuviera y realizaron disparos de advertencia en su dirección, pero él siguió avanzando.

Dijo que otras personas también fueron asesinadas mientras ingresaban a la franja de contención, el corredor de Netzarim, un camino que divide al norte y el sur de Gaza.

Vilk reconoció que era difícil determinar si las personas estaban armadas, pero cree que los soldados actuaron demasiado rápido.

Algunos de los soldados le dijeron que les tomó tiempo digerir lo que vieron en la Franja de Gaza. Otros señalaron que se enfurecieron tanto que casi de inmediato tomaron la decisión de dejar de servir en las fuerzas armadas.

 

Palestinos caminan por una calle durante una operación militar israelí en el campo de refugiados de Al Bureij, en el centro de la Franja de Gaza. Foto: EFE, EPA, Mohammed Saber.

 

Yuval Green, un médico de 27 años, describió cómo abandonó su puesto en enero pasado, después de pasar casi dos meses en Gaza, incapaz de vivir con lo que había visto.

Dijo que los soldados profanaron hogares -usando marcadores negros destinados a emergencias médicas para garabatear grafitis- y saquearon viviendas en busca de cuentas de oración para coleccionar como recuerdos.

La gota que derramó el vaso, afirmó, fue cuando su comandante le ordenó a su unidad que quemaran una casa, asegurando que no quería que Hamás pudiera utilizarla. Green dijo que se sentó en un vehículo militar, ahogándose por el olor a plástico quemado.

Dijo que el incendio le resultó una acción vengativa, afirmando que no veía razón alguna para quitarles más a los palestinos de lo que ya habían perdido. Dejó su unidad antes de que se completara la misión.

Añadió que espera que sus acciones de rehusarse a seguir combatiendo ayude a romper el círculo vicioso de violencia en ambos bandos.

Soldados por los Rehenes -el grupo responsable de la carta firmada por las tropas- busca generar ímpetu y este mes organizó un evento en Tel Aviv y pretende recolectar más firmas.

Un panel de soldados habló sobre lo que habían visto en Gaza. Los organizadores distribuyeron calcomanías con la frase de Martin Luther King Jr.: “Uno tiene la responsabilidad moral de desobedecer las leyes injustas”.

Max Kresch, uno de los organizadores, dijo que los soldados pueden usar su posición para crear un cambio. “Necesitamos usar nuestra voz para hablar en contra de la injusticia, incluso si eso es impopular”, explicó.

Pero algunos de los que lucharon y perdieron a compañeros aseguran que el movimiento es una bofetada en la cara. Más de 830 soldados israelíes han muerto durante la guerra, según el ejército.

Ishai Menuchin, portavoz de Yesh Gvul, un movimiento de soldados que se niegan a servir, dijo que trabaja con más de 80 elementos que se han negado a luchar y que hay cientos más que se sienten de la misma forma, pero que han permanecido en silencio.

Muchos soldados sufren de “heridas morales”, dijo Tuly Flint, un especialista en terapia de trauma que ha aconsejado a cientos de ellos durante la guerra.

Es una respuesta que se dispara cuando las personas ven o hacen algo que va en contra de sus creencias, dijo, y puede resultar en falta de sueño, flashbacks y sentimientos de culpa. Hablar de ello e intentar provocar un cambio puede ser de ayuda, indicó Flint.

Un exsoldado de infantería habló con la AP sobre sus sentimientos de culpa. Dijo que durante su despliegue de dos semanas a finales de enero del 2023 vio cómo se quemaron innecesariamente unos 15 edificios.

Aseguró que si tuviera la oportunidad de hacerlo de nuevo, no habría ido a la guerra.

“No encendí la cerilla, pero estuve de guardia fuera de la casa. Participé en crímenes de guerra”, dijo el soldado, quien habló bajo condición de anonimato por miedo a represalias. “Lamento mucho lo que hemos hecho”.

 

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