El republicano sostiene que Dinamarca debería renunciar a su injerencia sobre el territorio para “proteger el mundo libre”
En las últimas semanas el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, ha expresado intenciones expansionistas contra múltiples objetivos.
El republicano dijo que Canadá debería convertirse en el estado número 51 de Estados Unidos, llamó al Canal de Panamá, “Canal de Estados Unidos” y sugirió cambiar el nombre del Golfo de México por el de “Golfo de América”.
Pero ningún territorio parece ser tan codiciado como Groenlandia, informó la cadena británica BBC Mundo.
En una conferencia de prensa en Mar-a-Lago el 7 de enero, Trump incluso dijo que no podía descartar el uso de la fuerza militar para hacerse con el control de Groenlandia o del Canal de Panamá.
Necesitamos ambos por razones económicas”, dijo Trump.
Pero en el caso de Groenlandia, fue más allá: “Necesitamos Groenlandia por motivos de seguridad nacional”, aseguró.
La isla, la más grande del mundo, es un territorio autónomo de Dinamarca, que colonizó la región.
El republicano sostiene que el país europeo debería renunciar a su injerencia sobre el territorio para, según sus palabras, ”proteger el mundo libre” y amenazó con imponer aranceles a Dinamarca si no cede a sus pretensiones, algo que el gobierno danés rechaza.
Trump ha buscado anexar Groenlandia desde su primer mandato.
Vieja ambición
Los planes de Trump para Groenlandia no son nuevos. “Sería un gran negocio inmobiliario”, dijo en el 2019, durante su primer mandato, cuando declaró por primera vez su interés en la isla.
Sin embargo, en ese momento dijo que adquirir el área no era su prioridad.
El entonces asesor económico de la Casa Blanca, Larry Kudlow, explicó en una entrevista en Fox News Sunday lo que el gobierno de Trump veía en la isla.
Es “un lugar estratégico” con “muchos minerales valiosos”, dijo Kudlow.
Los representantes del gobierno estadunidense incluso se acercaron a los daneses para intentar cerrar un trato, algo que no ocurrió.
La cantidad de menciones que hace Trump sobre el tema ahora, en momentos en que forma su gobierno para asumir el cargo el 20 de enero, sugiere que Groenlandia ha subido posiciones en importancia en los planes futuros del republicano.
Los expertos apuestan a que eso tiene que ver con el reciente mapeo de las riquezas minerales de Groenlandia y la dinámica económica cambiante en relación con ellas.
Tierras raras
Históricamente, el territorio recibió atención de las autoridades estadunidenses debido a su posición estratégica.
El ejército estadunidense ha operado durante décadas la Base Espacial Pituffik, anteriormente conocida como Base Aérea Thule, entre los océanos Atlántico y Ártico. La base se utiliza como puesto de observación de misiles balísticos.
Pero un informe publicado a mediados del 2023 por el Servicio Geológico de Dinamarca y Groenlandia estimaba que los 400,000 kilómetros cuadrados de territorio de la isla actualmente no cubiertos por hielo tienen depósitos moderados o elevados de 38 minerales en la lista de materiales esenciales elaborada por la Comisión Europea.
Además de aparentes altas concentraciones de cobre, grafito, niobio, titanio y rodio, también existirían grandes depósitos de las llamadas tierras raras, como el neodimio y el praseodimio, cuyas peculiares características magnéticas las hacen fundamentales en la fabricación de motores de vehículos eléctricos y turbinas de viento.
Groenlandia podría contener hasta el 25% de todos los recursos de elementos de tierras raras del mundo”, le dijo el geólogo Adam Simon, profesor de la Universidad de Michigan.
Esto equivaldría a alrededor de 1.5 millones de toneladas de materiales.
Actualmente, China domina el mercado de minería y procesamiento de tierras raras. Los chinos son responsables de alrededor de un tercio de las reservas conocidas, del 60% de la extracción y del 85% del procesamiento de estos productos.
Pero el dominio chino sobre este mercado ya alcanzó el 95% en el 2010, lo que dio a Pekín un poder político y económico significativo sobre las cadenas de producción centrales en Europa y Estados Unidos.
Actualmente, las dos empresas mineras que realizan prospecciones de tierras raras en Groenlandia son australianas, pero una de ellas tiene como inversor a Shenghe Resources, una empresa minera estatal china.
China lleva años intentando profundizar su presencia en Groenlandia.
Por otro lado, es poco probable que Trump pueda presumir de extraer tierras raras a escala de Groenlandia, incluso si supera los enormes desafíos geopolíticos que implica la tarea.
La clave para entender la motivación de Trump al respecto puede residir en otro elemento histórico de la política internacional estadounidense: La doctrina del Destino Manifiesto.
El Destino Manifiesto fue la ideología detrás de la expansión de los estadunidenses desde las 13 colonias hacia Occidente, que, entre otras cosas, expulsó de sus tierras a gran parte de las poblaciones nativas americanas, lo que llevó al genocidio de muchos de ellos.
El orden mundial establecido tras las Grandes Guerras, con la creación de organismos multilaterales para mediar en las disputas entre naciones (objetivos frecuentes de las críticas de Trump) y el establecimiento de fronteras claras entre países, parecía haber puesto fin a la expansión territorial pregonada por el Destino Manifiesto.
Uno de los mayores ejemplos de este movimiento fue Andrew Jackson, el séptimo presidente estadunidense, que gobernó de 1829 a 1837. No es mera coincidencia que Trump declare que siente una gran admiración por Jackson.