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Asesinato de 600 niños y jóvenes en Honduras refleja el fracaso de estrategia contra la violencia

Asesinato de 600 niños y jóvenes en Honduras refleja el fracaso de estrategia contra la violencia
Empleados de medicina forense cargan uno los cuerpos de tres jóvenes asesinados este lunes. EFE/ STR

Se atribuyen a la alta impunidad, la corrupción, la pobreza, el reclutamiento forzado, la proliferación del crimen organizado y el narcotráfico

El asesinato de más de 600 niños y jóvenes, algunos de ellos incluso desmembrados, durante el 2024 en Honduras, demuestra la ineficacia de la estrategia actual para abordar la violencia contra esta población, alertaron este miércoles expertas que demandan una mayor inversión en su protección, informó la agencia EFE.

La “alta incidencia” de muertes de niñas, niños y jóvenes en Honduras “es muy lamentable”, refleja la “debilidad del sistema” y subraya la necesidad de “revisar” las estrategias implementadas para prevenir la violencia en el país centroamericano, dijo Ana Calderón, representante de la Red de Instituciones por los Derechos de la Niñez (Coiproden).

Calderón enfatizó la importancia de establecer un sistema nacional de protección y de implementar mecanismos de “monitoreo y seguimiento” a las políticas públicas relacionadas con la niñez y adolescencia.

Según cifras de Coiproden, 619 niños, niñas y jóvenes murieron de manera violenta en Honduras durante el 2024, lo que equivale a 50 muertes al mes.

 

Ana Calderón, representante de la Red de Instituciones por los Derechos de la Niñez (Coiproden).

 

El cuerpo desmembrado de una niña de seis años fue hallado el 14 de diciembre en una quebrada del municipio de Sabá, departamento de Colón, en el Caribe de Honduras, mientras que una menor de 13 años, cuya familia había denunciado su desaparición en el departamento de Cortés, norte, fue encontrada sin vida el 26 de ese mismo mes.

Las muertes de niños y jóvenes en Honduras se atribuyen a la alta impunidad, la corrupción, la pobreza, el reclutamiento forzado, la proliferación del crimen organizado y el narcotráfico, señaló Calderón.

El reclutamiento forzado de niños y jóvenes es un problema “alarmante” en Honduras, donde tanto el Estado como la sociedad civil tienen la responsabilidad de garantizar el cumplimiento de las leyes que protegen los derechos de esta población vulnerable, enfatizó.

La experta abogó por una asignación adecuada de recursos al Consejo de Prevención de Violencia hacia la Niñez y Juventud (Coprev) para abordar las “verdaderas causas estructurales de la violencia” y diseñar estrategias de prevención efectivas.

Para la coordinadora de la Defensoría da la Niñez del Comisionado Nacional de los Derechos Humanos en Honduras (Conadeh), Cándida Maradiaga, las muertes violentas de niños y jóvenes evidencian “la situación crítica” que enfrentan este grupo poblacional, y lamentó que la estrategia de seguridad “no está dando resultados contundentes”.

En los últimos años, la violencia contra la infancia y la juventud se ha intensificado, con hechos documentados que denotan “saña y crueldad”, muchas veces perpetrados por familiares, dijo Maradiaga.

La experta del Conadeh señaló que no observa una “reacción” por parte de las autoridades frente a la normalización de la violencia en el país, un problema “complejo” que se ha agravado y que requiere una respuesta “multidimensional” que ataque las raíces de la criminalidad.

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