Los enfrentamientos entre grupos armados en la frontera con Venezuela han provocado al menos 80 muertos y 30,000 desplazados
La muerte ronda por el Catatumbo, la región colombiana ubicada en el noreste del departamento de Santander y parte al suroeste del departamento del Cesar. Unas 80 personas ha perdido la vida en medio de los enfrentamientos entre el ELN y grupos disidentes de las FARC que no abandonaron las armas en 2016 y otras facciones criminales. Se contabilizan unos 32,000 desplazados, informó el diario español El Periódico.
Parte de ellos han atravesado la selva y han cruzado a Venezuela. El anhelo de la “paz total” con el que Gustavo Petro llegó a la presidencia en el 2022 se hace trizas y arrastra al primer Gobierno de izquierdas de ese país.
“Un fracaso de la nación”, dijo un Petro abrumado, antes de decretar el estado de conmoción interior en los municipios de Catacumbo y la zona metropolitana de Cúcuta por 90 días. Se trata de medidas de excepción que se adoptan para restablecer el orden en los municipios afectados e impedir, en este caso, que continúen los desplazamientos forzados masivos.
A mediados de enero se desencadenaron los enfrentamientos entre esa guerrilla formada a mediados de los años 60y las remanencias de las FARC por el control territorial y los negocios ilícitos a lo largo de la frontera: el grupo que la controla maneja el acceso a una indulgente Venezuela.
“Lo que ha cometido el ELN en el Catatumbo son crímenes de guerra. Se suspende el proceso de diálogo con este grupo, el ELN no tiene ninguna voluntad de paz”, dijo el presidente, un exguerrillero del M-19 que retornó a la vida civil hace décadas y es testigo del hundimiento de su proyecto más preciado.
Petro había elegido al municipio fronterizo de Tibú para emprender las conversaciones con las llamadas disidencias. Por el momento no hay nada que hacer allí.
La crisis humanitaria en el Catacumbo tiene lugar en el momento de mayor rispidez entre Petro y el dictador Nicolás Maduro.
El gobierno colombiano no ha reconocido la victoria electoral y carga junto con Luiz Inacio Lula da Silva el peso del fracaso de los intentos de encontrar una solución negociada al conflicto interno venezolano entre el madurismo y una oposición que no ha reconocido el resultado de las urnas.