Es reelegido para un séptimo mandato sin que la comunidad internacional legitime la votación
Los colegios electorales abrieron en Bielorrusia el domingo por la mañana, pero el resultado de las elecciones ya estaba claro incluso antes de que se anunciaran los resultados oficiales. Los sondeos oficiales a pie de urna daban una victoria para Aleksandr Lukashenko del 87,60 por ciento de los votos, informó el diario español La Razón.
El dictador de Bielorrusia se aferra al poder desde hace más de 30 años y ha hecho todo lo posible para evitar que se repitan las inesperadas protestas masivas que sacudieron al país hace cuatro años.
En el 2020, hasta un millón de bielorrusos -de unos nueve millones que vivían en ese país- salieron a las calles después de que surgieran claros indicios de falsificación de las elecciones.
Las protestas pacíficas fueron aplastadas, por la brutalidad policial y el apoyo de Rusia, dejando al menos 11 muertos y más de 1,300 heridos. Varias decenas de miles fueron detenidos, mientras que muchos otros tuvieron que huir del país para evitar la persecución.
Esas protestas no son posibles ahora que Lukashenko ha reforzado aún más su control sobre la vida política del país.
“En una sociedad en la que la represión no ha cesado durante cuatro años, cualquier protesta es ahora imposible, incluso pacífica”, dijo Svitlana Tsikhanouskaya, líder de la oposición en el exilio.
Otros miembros de la oposición que se negaron a cooperar con Lukashenko, como Maria Kolesnikova y Syarhey Tsikhanouski, han estado en la cárcel, a menudo completamente aislados del mundo exterior.
En las papeletas se podían encontrar cuatro apellidos más, aparte del de Lukashenko, pero todos son desconocidos para el público o subrayan su apoyo a él. Los votantes fuera de Bielorrusia no pudieron emitir su voto, ya que no se abrió un solo colegio electoral para una considerable diáspora bielorrusa en el extranjero. No hubo observadores independientes presentes.
En la votación preliminar, antes del domingo, se habían emitido más del 41% de los votos, lo que, según la oposición, es una clara señal de falsificación, ya que miles de trabajadores dependientes del Estado votaron de forma estrictamente controlada.
La “victoria” de Lukashenko no está en duda, la única pregunta es qué porcentaje de votos “recibirá”, dijo el analista político Alexander Klaskovski.
Ucrania apoya el rechazo de la UE, Estados Unidos, Canadá, Reino Unido y otros países democráticos y no considera que las elecciones en Bielorrusia sean transparentes y libres.
Aunque Lukashenko no ordenó a sus tropas atacar Ucrania, las fuerzas rusas entraron en Ucrania desde Bielorrusia al comienzo de la invasión.