El republicano firmó la semana pasada una orden ejecutiva que suspende durante 90 días toda la ayuda humanitaria de Estados Unidos
Desde Zimbabue hasta Ucrania, pasando por Colombia o Gaza. La decisión de la administración de Donald Trump de congelar la ayuda exterior de Estados Unidos ha puesto en jaque el funcionamiento de programas que “salvan vidas” en todo el mundo, según denuncian organizaciones humanitarias, informó la agencia EFE.
El republicano firmó la semana pasada una orden ejecutiva que suspende durante 90 días toda la ayuda humanitaria de Estados Unidos, canalizada principalmente a través de la Agencia para el Desarrollo Internacional (Usaid), para poder revisar en qué se invierte ese dinero.
Siguiendo esa orden, el nuevo secretario de Estado, Marco Rubio, emitió una directiva en la que frenó toda la asistencia exterior, con excepción del apoyo para Israel y Egipto, y mantuvo solo el envío de alimentos en situaciones de emergencia extrema.
La decisión desató el pánico en organizaciones humanitarias de todo el mundo que dependen de los contratos con Estados Unidos para seguir operando.
“Necesitamos que se levante la suspensión de toda la asistencia extranjera de inmediato para que pueda continuar un trabajo que salva vidas”, advirtió a EFE Abby Maxman, presidenta de Oxfam América, que se encarga de combatir la pobreza.
Según la ONU, Estados Unidos es, de largo, el principal suministrador de ayuda exterior, con cerca de $72,000 millones invertidos durante el 2023, lo que representa un 40% de la ayuda humanitaria global.
De acuerdo con la nueva doctrina del gobierno estadounidense, cada dólar invertido debe “hacer que Estados Unidos sea un país más seguro, más fuerte y más próspero”.
El parón de 90 días es, según el Departamento de Estado, “la única manera de examinar y prevenir el despilfarro”. Además, 50 altos cargos de Usaid fueron suspendidos debido a sospechas de que se habrían resistido a acatar las órdenes.
Para las organizaciones humanitarias, la revisión del gasto estadounidense se podría haber llevado a cabo sin ordenar un parón general de actividades que pone en riesgo la vida de miles de personas.
Tras conocerse la noticia, el presidente de Refugees International, Jeremy Konyndyk, alertó de que esta medida “costará muchas vidas si se mantiene en vigor” y advirtió de un posible parón en la distribución de agua potable y medicinas en la Franja de Gaza.
El freno a la cooperación internacional impacta también a Colombia, que en 2025 debería recibir $380 millones en iniciativas antinarcóticos y de desarrollo económico, según el diario The Wall Street Journal.
Oksana Matiiash, presidenta de la junta directiva de Teach for Ukraine, que busca mejorar el sistema educativo de ese país en medio de la guerra, reivindicó en LinkedIn que “las ONG en Ucrania no son un lujo, sino un salvavidas”.
El caos y la presión inicial que desató la medida forzó al secretario de Estado a emitir el martes una segunda exención más amplia para facilitar que sigan operando algunos programas de distribución de alimentos, medicinas y refugio, pero sigue siendo insuficiente para los cooperantes internacionales.