Starmer castiga a cuatro entidades y dirigentes rusos en el aniversario de la muerte del opositor Navalni
El gobierno de Keir Starmer anunció nuevas sanciones a dirigentes rusos coincidiendo con el aniversario de la muerte de Alexei Navalny, el opositor ruso fallecido en el 2024 en un centro penitenciario en extrañas circunstancias tras años de torturas por parte del Kremlin, informaron medios de prensa internacional.
Las sanciones, que afectan a cuatro personas y dos entidades, incluyen a Pavel Fradkov, viceministro de Defensa e hijo de quien fue presidente del gobierno de Rusia entre 2004 y 2007, Mijail Fradkov, así como a Vladimir Selin, jefe de una rama del Ministerio de Defensa.
Tienen como objetivo “mantener la presión sobre el dictador ruso Vladimir Putin”, dijo en un comunicado el ministro de Exteriores, David Lammy, quien, aprovechando su participación en la Conferencia de Seguridad de Múnich, se reunió con Yulia Navalnaya, viuda del opositor.
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Casi un año después de la muerte de Alexéi Navalni, me siento profundamente honrado de reunirme con ella y expresar nuestro compromiso de contrarrestar los intentos de Putin de sofocar la oposición política y enfrentarnos a las operaciones corruptas del Kremlin en todo el mundo”, recalcó el titular de la diplomacia británica.
Las sanciones evidencian aún más la distancia que va creciendo entre Londres y Washington respecto a su postura con Moscú. Pese a que Estados Unidos siempre ha sido el “aliado especial”, Downing Street no comparte ahora la postura tomada por Donald Trump de hablar sólo con Rusia -sin involucrar a Ucrania- en las negociaciones para poner fin a la invasión.
Es más, pese a que el premier Starmer no asistió a la cumbre de Munich, llamó por teléfono al presidente ucraniano Volodymyr Zelensky para recalcarle que el Reino Unido está comprometido con que Ucrania siga un camino irreversible hacia la membresía en la OTAN.
Eso parece ser una refutación de los comentarios hechos por miembros de alto rango del equipo del presidente estadunidense, quienes afirmaron que la membresía de Kiev no es realista.