La mayor parte de sus aseveraciones se basan en mentiras calcadas de la propaganda rusa con la que Moscú ha tratado de mantener su versión oficial
La retórica de Donald Trump contra Volodomir Zelenski es cada día más dura. La mayor parte de sus aseveraciones se basan en falsedades calcadas de la propaganda rusa con la que Moscú ha tratado de mantener a flote su versión oficial de una invasión a gran escala que fue mucho más complicada de lo que el Kremlin contempló, informó el diario español El Mundo.
Primera falsedad: La guerra que Zelenski “nunca debió haber iniciado”
Rusia inició la guerra al invadir Ucrania. Durante las semanas previas al inicio de la invasión a gran escala de Ucrania, el Kremlin esgrimió una lista de demandas bajo la amenaza de “una respuesta técnico militar”.
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Mientras gobiernos como el de Estados Unidos alertaban de que un gran número de tropas se aglutinaba en la frontera ucraniana para atacar, la propaganda rusa ridiculizó esas alertas diciendo que era un disparate.
Cuando el 24 de febrero el “disparate” sucedió, la propaganda rusa se recompuso diciendo que Rusia había sido forzada a la guerra por Occidente y por Ucrania. Cuando Rusia no consiguió resolver la guerra de una manera rápida como pensaba, la línea oficial rusa acusó a Ucrania de iniciar esa guerra estancada.
Trump está instalado ahora en esa pantalla del “videojuego” ruso. El ejército ruso atacó a una escala nunca vista desde la Segunda Guerra Mundial, penetrando desde el este y el norte, desde Bielorrusia, y desde
Crimea. La invasión rusa ha matado a más de 12,000 civiles ucranianos, según datos de Naciones Unidas.
Segunda falsedad: Zelenski, “dictador sin elecciones”
Si Rusia no hubiera invadido el país, las elecciones presidenciales deberían haberse celebrado en marzo del 2024. La Constitución prohíbe la celebración de elecciones cuando el país se encuentra bajo la ley marcial, que está en vigor desde el inicio de la guerra.
“Si Winston Churchill todavía estuviera con nosotros, seguramente estaría aconsejando al presidente ucraniano que ignorara la presión internacional para convocar elecciones”, opina Alan Riley, del Atlantic Council.
Al igual que los ucranianos en el 2023, los británicos en 1940 estaban librando una guerra contra un enemigo exterior que los quería aniquilar. En el caso británico, durante cinco años consecutivos, Churchill obtuvo el consentimiento legislativo para posponer las elecciones programadas y extender la vida del parlamento británico en funciones.
Las razones de entonces son las de ahora: la impracticabilidad de celebrar elecciones con millones de personas desplazadas en todo el país y el improbable objetivo de garantizar una expresión justa y exacta de la voluntad popular mientras se está bajo ataques diarios.
En el caso de Ucrania se quiere evitar también la injerencia rusa y las concentraciones de personas, que podrían de nuevo ser objeto de ataques, y el gasto del propio proceso electoral.
Según una encuesta del año pasado del Instituto Internacional de Sociología de Kiev sólo el 15% de los ucranianos considera que se deberían de celebrar elecciones en este momento. Los potenciales rivales de Zelenski tampoco exigen comicios.
Tercera falsedad: “Mejor que se mueva rápido o no le quedará ningún país”
Precisamente el respaldo de Zelenski viene en gran medida de que “no se movió” y, en lugar de huir de Kiev, se mantuvo al frente del país. Rusia ocupa el 20% del territorio de Ucrania, el segundo país más grande de Europa.
Pero no ha conseguido retener ninguna capital de provincia desde el 2022, tampoco ha ocupado lo que le faltaba de la región de Donbás, los asaltos a Járkiv han sido un fracaso y la marcha hacia Kiev del 2022 fue un bochorno sangriento. Rusia está avanzando en el Donbás conquistando localidades arrasadas, pero con un coste altísimo en hombres.
Cuarta falsedad: “Zelenski convenció a EE UU de gastar $350,000 millones para entrar en una guerra que no se podía ganar”
En este punto Trump ha tergiversado hechos comprobables. Estados Unidos ha asignado $119,000 millones de dólares para ayudar a Ucrania, según el Instituto Kiel, y no $350.000 millones. Menos de la mitad. La lucha de Ucrania no la logrado recuperar los territorios ocupados, pero ha permitido mantener a salvo grandes ciudades, conservar el acceso al mar Negro y evitar la toma de Kiev.
Quinta falsedad: “Odio decir esto, pero el índice de aprobación de Zelenski es solo 4%”
No es cierto, como lo demuestran estudios que reflejan un apoyo mucho mayor. Alrededor del 57% de los ucranianos confían en el presidente Zelenski en este mes de febrero, lo que marca un aumento de cinco puntos porcentuales desde diciembre.
Es cierto que la gran popularidad que tenía el líder ucraniano en los primeros días de la invasión rusa, con un índice de aprobación de alrededor del 90%, ha disminuido significativamente, pero su popularidad supera a la de Trump.
Según la última encuesta de Reuters publicada el 19 de febrero, el índice de aprobación del propio Trump se sitúa actualmente en el 44%. Sí es cierto que a Zelenski le han aparecido rivales como el excomandante en jefe de las Fuerzas Armadas de Ucrania Valeri Zaluzhny, que es un potencial aspirante que le saca siete puntos en algunas encuestas. El problema para Rusia es que Zaluzhny sería otro hueso duro de roer como Zelenski. Los políticos favoritos de Moscú en Ucrania suelen ser impopulares.