Está inspirado en la idea de la carpa que se usa para la reunión anual a la vez cultural, social y económica muy arraigada en la tradición marroquí
Una carpa gigante que dialoga con la naturaleza, así será el futuro estadio más grande del mundo que Marruecos propone como una de las sedes de la Copa del Mundo de 2030 que el país norteafricano organizará conjuntamente con España y Portugal, tal y como lo explica en una entrevista con EFE su arquitecto principal Tarik Oualalou, informó la agencia EFE.
El Gran Estadio Hassan II de Casablanca, que tendrá una capacidad de aforo de 115,000 espectadores, está actualmente en construcción sobre una superficie de más de 100 hectáreas en medio de un bosque en Mansouria, en la localidad de Benslimán, a unos 38 kilómetros al norte de Casablanca.
Tarik Oualalou, uno de los fundadores de la firma Oualalou + Choi que ganó -en consorcio con Populous- el concurso de diseño de esta infraestructura, apunta que la construcción del recinto deportivo comenzó el pasado agosto con obras de preparación y nivelación del terreno que están terminadas y que han dado paso a los trabajos de la obra gruesa. Está previsto que el estadio esté finalizado en el 2028.
El diseño del estadio está inspirado en la idea de la tienda que se usa en el ‘moussem’, una especie de reunión anual a la vez cultural, social y económica muy arraigada en la tradición marroquí y que está vinculada a la idea de la hospitalidad que el arquitecto dijo querer destacar.
“La noción de acogida ‘Marhaba’ (bienvenido) está en el corazón del proyecto, por eso hemos desarrollado el proyecto arquitectónico en torno del ‘moussem’ y de la figura de la tienda, que es una figura profundamente marroquí y también universal”, señala Oualalou en una entrevista con EFE desde la Universidad Politécnica Mohamed VI (UM6P) de Benguerir (sur) donde participa en la semana de la ciencia organizada estos días.
Inspirarse en el diseño de una tienda para el arquitecto marroquí remite a una “figura arquitectónica primitiva” anterior a los edificios y que lleva a pensar en viviendas como la yurta mangola o el tipi de los indígenas de América.
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Con un presupuesto estimado en $580 millones, el Gran Estadio Hassan II de Casablanca tendrá en sus dos extremos tres gradas empinadas y compactas, y cada uno de estos extremos tendrá una capacidad de 29,500 espectadores. El recinto contará a su alrededor de un hotel, áreas verdes, centros comerciales y una piscina, entre otros, y constituirá en el futuro la sede de los dos clubes casablanqueses Raja y Wydad.
El arquitecto afirma que el recinto deportivo será “de última generación”, conforme a las directrices de la FIFA, tendrá la certificación HQE, tomará en cuenta las experiencias sacadas de las anteriores ediciones y que va a ofrecer un equipamiento técnico para los jugadores, el público y los medios de comunicación “como nunca ha existido antes”.
Pero más allá de sus características técnicas, Oualalou resalta la conexión de esta estructura con la naturaleza: “Imaginamos el estadio como una inmensa estructura que protege el paisaje. La tienda no se detiene en el agarre de la plataforma, tiene que extenderse, proteger la naturaleza y emerger por encima del bosque”, afirmó.
Oualalou define su estadio como “un arboreto” parecido a “una membrana que respira” y “un lugar abierto y público donde vivirán insectos, animales y pájaros”.
“La propuesta de Marruecos es hacer el estadio más grande del mundo para la gran final de la Copa del Mundo en Marruecos. Así que no sólo está calibrado, sino que está diseñado para esto, está imaginado para esto”, apunta.
Este estadio forma parte de los 20 establecimientos repartidos en 17 ciudades que albergarán la competición en España, Marruecos y Portugal en 2030 a los que se unirá también Argentina, Uruguay y Paraguay, para conmemorar con tres partidos el centenario del primer mundial de la historia que se jugó en Montevideo, en 1930.