El expresidente reveló que, en un encuentro en La Habana, el dictador Maduro le pidió que involucrara al Vaticano en una propuesta de diálogo
Solo cinco días antes de la llegada del exvicepresidente Mike Pence a Panamá, el exembajador de Estados Unidos, John Feeley, le preguntó al expresidente Juan Carlos Varela, en un intercambio a media noche, si su gobierno pensaba “emitir una declaración rechazando los comentarios de Trump sobre la posibilidad de una opción militar en Venezuela”.
“Le dije a Isabel (Saint Malo, exvicepresidenta y excanciller) que esperáramos un poco para entender mejor por parte de ustedes a qué se refirió. Quería hablar contigo de eso porque sentí que debía ser más cuidadoso”, le respondió Varela.
“Te confieso que no tengo idea de dónde salió eso. Pienso, como usted, que es mejor ser cauteloso y esperar a que se desaparezca el tema”, dijo Feeley.
En ese momento Varela consideraba que la idea de “incluir a (Nicolás) Maduro (dictador venezolano) en la Lista Clinton, es fuerte, si de verdad está en narcotráfico su gente”.
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“Ohhhh sí, señor. Conozco los casos bien”, repuso Feeley.
“Entonces, no se puede descartar nada”, concluyó Varela.
Maduro fue incluido a inicios de agosto del 2017 en la Lista Clinton, un sistema de sanciones económicas para perseguir al narcotráfico y el lavado de dinero, creada en 1995 bajo la administración Clinton.
Panamá participó en el régimen de sanciones. El exministro de Economía y Finanzas, Dulcidio De la Guardia, informó a Varela que “el 21 de agosto del año 2017 fueron congelados en cuentas de Bandes (Banco de
Desarrollo Económico y Social de Venezuela) en el Bank of China Panamá un total de 36.509.238,93 yuanes ($4 millones) y $929,508, a pedido de la Superintendencia de Bancos de Panamá”.
También hubo represalias contra ciudadanos venezolanos. El 25 de octubre del 2017, el expresidente le contó a su amigo, el empresario Filipo Sosa, que había mandado “a buscar a su casa anoche” al venezolano Eduardo Tavares, lo puso “en un avión pa´tras”.
Según Varela, ese empresario “tenía más de 5,000 cupos de taxis”.
El 12 de septiembre del 2017, Feeley le informó a Varela que Trump lo invitaba seis días más tarde a una cena en Nueva York junto a los presidentes de Brasil, Colombia y Perú “para hablar sobre Venezuela”.
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“Perfecto, yo puedo asistir”, respondió el exmandatario.
“El presidente Trump está viendo todas las opciones”, le comentó Varela a Feeley al final de ese encuentro. “Siento a Trump con ganas de darle su buen toque (a Maduro). Siento a nosotros nos toca armar la ruta de presión. Evaluar más acciones de aislamiento al régimen con sanciones del Departamento del Tesoro y de la Unión Europea”, añadió el exgobernante, según los Varelaleaks.
Tras su regreso de Nueva York, Varela le confió al empresario Pedro Heilbron, presidente y CEO de COPA Airlines, que Washington estaba ejerciendo una gran presión sobre el régimen de Maduro.
“Si Maduro no hace elecciones, puedes estar seguro que Trump le pega”, le comentó. En octubre del 2017, el régimen venezolano celebró elecciones regionales en las que, en medio de denuncias de fraude, el chavismo se proclamó ganador en 17 de las 23 gobernaciones en disputa.
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Después de restablecer relaciones con Venezuela como un primer acto al asumir el gobierno en el 2014, Varela fue variando su postura hacia el régimen de Caracas.
Uno de sus consejeros era el exembajador Feeley, quien le confesó al exgobernante que no creía en “un diálogo moderado” en Venezuela. Sin embargo, Varela le dijo que estaba coordinando con el papa Francisco y el gobierno de República Dominicana una propuesta de diálogo, porque Maduro le había pedido en un encuentro en La Habana que involucrara al Vaticano. “¿Y si Maduro lo rechaza?”, preguntó Feeley, quien advirtió que la iniciativa podría verse “como una forma de prorrogar el estatus quo”.
Para lograr el respaldo de Washington, Feeley le propuso a Varela llamar a Maduro y decirle: “Nico, ésta es tu última mejor oportunidad. No podemos apoyar el diálogo para siempre si no produce nada más que mantener el estatus quo”.
-Jj: Ten la seguridad, él (Maduro) no va a jugar con nosotros y menos con el Vaticano.
-John Feeley: Con respeto, ya han jugado con Roma.
-John Feeley: Y más allá, le tengo que preguntar a usted, ¿de verdad usted cree que Nicolás Maduro está jugando limpio a estas alturas respecto a sus deseos de encontrar una salida por el diálogo?
-John Feeley: Las malas lenguas del hemisferio y del Caribe están susurrando que usted está en esta vaina por temas económicos.