Ciudadanos europeos y británicos han sido retenidos durante días en condiciones que han descrito como “horrendas” antes de ser deportados
La vuelta de Donald Trump a la Casa Blanca ha tenido un impacto significativo en diversos ámbitos. El nuevo gobierno republicano ha demostrado su intención de endurecer la política migratoria en múltiples frentes, informa el diario La Razón.
Además de las detenciones y deportaciones masivas, la administración ha implementado una política fronteriza más estricta que podría afectar incluso a los turistas que intenten ingresar al país.
En las últimas semanas, varios ciudadanos europeos y británicos se han visto involucrados en incidentes al intentar ingresar a Estados Unidos. Tras serles negada la entrada, algunos pasaron días, e incluso semanas en centros de detención, hasta que finalmente se les permitió regresar a sus países de origen.
Uno de los casos más destacados es el de Becky Burke, una joven galesa que intentó ingresar a Canadá desde Estados Unidos. Las autoridades canadienses le negaron la entrada y la enviaron de regreso a EE UU, donde fue detenida en un centro de procesamiento de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) durante 19 días, describiendo las condiciones como “horrendas”.

El gobierno alemán también ha confirmado la detención de tres ciudadanos alemanes en la frontera estadunidense, entre los que se encontraba Fabian Schmidt, residente permanente legal en Estados Unidos.
Schmidt fue detenido en Boston y según afirmó un familiar a la emisora WGBH, fue “interrogado violentamente” en el aeropuerto, desnudado y obligado a tomar una ducha fría por los funcionarios de inmigración.
Desde Berlín, un portavoz del ejecutivo alemán declaró que los detenidos “fueron arrestados para su deportación al ingresar al país” y que se encontraban “monitoreando la situación” para determinar si se trata de casos excepcionales o si, por el contrario, representa un cambio en la política migratoria de Estados Unidos.

En cualquier caso, tanto Londres como Berlín parecen haber comenzado a tomar medidas. Como anticipó el portavoz alemán, Sebastian Fischer: “Una vez que tengamos una imagen clara, ajustaremos, si es necesario, nuestras recomendaciones de viaje y seguridad”.
Tras las detenciones, Alemania finalmente actualizó sus recomendaciones de viaje para sus ciudadanos, advirtiendo sobre este aparente cambio en la postura estadounidense. El Ministerio de Relaciones Exteriores aclaró en su página web que ni la aprobación del ESTA, la autorización electrónica necesaria para ingresar al país, ni la aprobación de la visa garantizan la entrada en todos los casos.
Siguiendo esa misma línea, unos días después, el gobierno británico amplió sus recomendaciones, pasando de “Las autoridades de Estados Unidos establecen y hacen cumplir las reglas de entrada” a “Debe cumplir con todas las condiciones de entrada, visa y demás requisitos. Las autoridades de Estados Unidos establecen y aplican estrictamente las normas de entrada. Podría ser arrestado o detenido si incumple las normas”.