China, Japón y Corea del Sur han acordado responder conjuntamente a los aranceles estadounidenses, según informó este lunes una cuenta de redes sociales afiliada a la cadena estatal china CCTV
Los comentarios se produjeron después de que los tres países mantuvieran este domingo su primer diálogo económico en cinco años, con el objetivo de facilitar el comercio regional mientras las potencias exportadoras asiáticas se preparan para los aranceles del presidente estadunidense Donald Trump, informó el diario El Periódico.
Japón y Corea del Sur buscan importar materias primas para semiconductores de China, y China también está interesada en comprar chips de Japón y Corea del Sur, según informó la cuenta, Yuyuan Tantian, en una publicación en Weibo.
Las tres partes acordaron fortalecer la cooperación en la cadena de suministro y entablar un mayor diálogo sobre los controles de exportación, según la publicación.
Durante la reunión del domingo, los ministros de comercio de ambos países acordaron “cooperar estrechamente para mantener conversaciones integrales y de alto nivel” sobre un tratado de libre comercio entre Corea del Sur, Japón y China para promover el comercio regional y global, según un comunicado emitido tras la reunión.

Los ministros se reunieron antes del anuncio previsto por Trump el miércoles de más aranceles en lo que él llama el “día de la liberación”, en el que pone fin a las alianzas comerciales de Washington.
Pekín, Seúl y Tokio son importantes socios comerciales de Estados Unidos, aunque han mantenido desacuerdos entre sí por cuestiones como disputas territoriales y el vertido de aguas residuales de la central nuclear de Fukushima, dañada por Japón.
La posible creación de un potente mercado común asiático podría ser la respuesta ante la agresiva política arancelaria del presidente Donald Trump, que prevé a partir de este miércoles una serie de gravámenes a distintos productos importados, entre ellos los automóviles y sus componentes.
Hasta la fecha, han entrado en vigor los aranceles a las importaciones de acero y aluminio, y los aplicados, con distinta intensidad y alcance, a productos procedentes de México, China y Canadá.

Globalmente, el objetivo de Trump es compensar, con medidas arancelarias, los gravámenes de otros países a productos y servicios estadounidenses. También en el caso de subvenciones y ayudas de Estado e incluso a normativas que, según Washington, perjudiquen a los fabricantes de Estados Unidos.
En cuanto a China, EEUU aplica desde el 4 de marzo aranceles del 10% a productos chinos. Este gravamen se suma a otro anterior del 10%, vigente desde febrero. Como respuesta, el Gobierno chino ha impuesto dos paquetes de aranceles a los productos de EEUU, uno el 10 de febrero y otro, el 10 de marzo. Estos gravámenes oscilan entre el 10% y el 15% y afectan a mercancías como petróleo, gas, carbón, algodón y productos agrícolas y ganaderos.
Este 2 de abril entraría en vigor un arancel del 25% para todos los automóviles importados por Estados Unidos, así como para los componentes no fabricados en Estados Unidos y tampoco en México y Canadá, exentos de esos gravámenes.
Se espera la entrada en vigor de aranceles a las importaciones de productos agrícolas, farmacéuticos, además de a microchips y semiconductores.