Afirma que no bromea con la idea de postularse para ser reelegido pese a que la Constitución lo prohíbe
Franklin D. Roosevelt había sido hasta ahora el único presidente estadounidense en ejercer más de dos mandatos consecutivos, cuatro para ser exactos (entre 1933 y 1945). Donald Trump ha vuelto a insinuar que podría convertirse en el siguiente en lograr ese hito, aunque las circunstancias no le son tan favorables como le fueron al exmandatario, informa el diario La Razón.
Roosevelt consiguió mantener su presidencia porque la Enmienda 22 de la Constitución de Estados Unidos, que es la que impide que Trump repita presidencia, no existió hasta 1951, cuando el expresidente ya había fallecido.
El actual mandatario, sin embargo, no puede saltarse la norma que es bastante clara: “Ninguna persona será elegida para el cargo de presidente más de dos veces, y ninguna persona que haya ocupado el cargo de presidente, o haya actuado como presidente, durante más de dos años de un mandato para el cual otra persona fue elegida presidente, será elegida para el cargo una vez más”.
Trump aseguró en una entrevista telefónica con la cadena NBC News que “a mucha gente le gustaría”, que esto pasara y “hay métodos para lograrlo”, aseguró después de remarcar que “no estaba bromeando”.
El republicano también remarcó que ahora mismo está «centrado en el presente», porque «tenemos un largo camino por recorrer», pero eso no quita para que sus aliados ya estén trabajando en la hazaña.

Si algo ha demostrado Donald Trump desde que llegó a la vida política en año 2016 es que nada es imposible, y sus acérrimos aliados ya han comenzado a valorar las diferentes opciones para hacer realidad los deseos de su líder cuando llegue el momento.
En la Cámara de Representantes, el republicano por Tennessee, Andy Ogles, ha presentado un proyecto para modificar el texto de la Enmienda 22 que permitiría que un mandatario que ha cumplido dos términos no consecutivos pueda volver a presentarse cuatro años más.
La regla excluiría a exlíderes que han estado en el poder dos mandatos, como el demócrata Barack Obama. Pero para que esto sea posible, el proyecto debe contar con dos tercios de los votos, tanto en la Cámara de
Representantes como en el Senado, además de la ratificación de tres cuartas partes de los estados.
Los expertos en leyes no lo ven factible dada la profunda polarización que asola al país y sobre todo si se tiene en cuenta que el partido demócrata controla 18 de los 50 estados que conforman Estados Unidos.

Además, en Washington, por mucho que los republicanos controlen las dos cámaras del Congreso, no todos en el partido de Trump creen que es una buena idea que se quede ocho años en la Casa Blanca, entre ellos el representante republicano por Oklahoma, Markwayne Mullin, que en febrero confesó en una entrevista con la cadena NBC que se opondría porque «no voy a cambiar la Constitución, a menos que el pueblo estadounidense decida hacerlo».
Fuera de la diplomacia de Washington, sus fieles y más extremistas seguidores ya están empezando a hacer ruido para preparar el terreno.
El estratega republicano, Steve Bannon, asegura que Trump podría presentarse de nuevo porque la Constitución no especifica que se trate de mandatos “consecutivos”, sembrando la duda en la interpretación del texto.
Durante la entrevista el periodista le plantea otra posibilidad que no parece ser desconocida para Trump y que contaría con el apoyo del actual vicepresidente, JD Vance. Él sería quien se presentaría en el 2028 para luego cederle el relevo a su actual jefe, Donald Trump.
Vance no ha hecho ningún comentario al respecto, y Trump aseguró que “esa es una, pero hay otras”, sin aclarar cuáles son las demás opciones.