Desde el inicio de la guerra, Moscú ha perdido a 930,000 soldados, 10,500 tanques y 370 aviones, según servicios secretos internacionales
El próximo 8 de julio, Rusia conmemorará, como cada año en esa fecha, el aniversario de la Batalla de Poltava de 1709, un hito en la historia militar de Rusia y que marca un punto de inflexión en el pasado militar del país, informa el diario La Razón.
Aquel día, el ejército del zar Pedro I de Rusia masacró a las fuerzas del rey Carlos XII de Suecia durante la Gran Guerra del Norte. Fue la batalla que necesitaba Rusia para creerse que podría llegar a ser una gran potencia europea en detrimento de su entonces gran rival, el imperio sueco.
La guerra fuese un ejercicio matemático, ese 8 de julio el país tendría otro acontecimiento militar con muy poco que celebrar: Las fuerzas rusas habrán alcanzado el millón de bajas, entre muertos y heridos, en la guerra de Ucrania.
Puede ser unos días antes o unos días después, pero por esas fechas se habrá alcanzado esa macabra cifra si se mantiene la actual cifra de pérdidas. Una situación, sin duda, que el dictador ruso, Vladimir Putin, jamás pensó que podría producirse cuando el 24 de febrero emprendió una “invasión relámpago” de su vecino.

De acuerdo con el recuento casi diario de bajas enemigas que realiza el ejército ucraniano a partir de los datos que le llegan del frente, esta semana se han superado ya las 930.000 pérdidas rusas, a una media de 813 bajas diarias en el cómputo global.
La cifra exacta, obviamente, hay que tomarla con ciertas reservas ya que procede de una de las partes del conflicto, aunque suele estar refrendada por servicios secretos como el británico.
En lo que respecta a la batalla aérea, las pérdidas son también considerables: 370 aviones, 335 helicópteros, 3,145 misiles de crucero y 32,078 drones, según los datos del Estado Mayor ucraniano. Este último es un sistema de ataque que se ha confirmado como fundamental para ambos bandos y con un protagonismo creciente.
Por último, la batalla naval, con menos presencia en este conflicto, ha supuesto para Moscú la destrucción 28 embarcaciones de guerra y un submarino.