Los dos mandatarios niegan retornar a Estados Unidos a salvadoreño expulsado por un “error administrativo” pese a una decisión judicial
El presidente Donald Trump, ha encontrado en el autócrata salvadoreño, Nayib Bukele, el más firme aliado para acometer su polémica e ilegal cruzada contra la migración, informó la cadena BBC Mundo.
Esa alianza férrea ya quedó probada cuando Bukele empezó a ingresar a deportados y expulsados de Estados Unidos en Cecot, su controvertida cárcel de máxima seguridad. Pero se ha escenificado en público y a máximo nivel este lunes, cuando en un encuentro en la Casa Blanca ambos han dejado claro que no pretenden retornar a Estados Unidos a Kilmer Armando Abrego Garcia, un salvadoreño que Washington expulsó en marzo por lo que el gobierno reconoció “un error administrativo” y cuyo retorno la Corte Suprema ha pedido a Trump que “facilite”.
Ni el fallo de un tribunal inferior ni la sentencia del Supremo mueven a Trump y su equipo, que con sus retos a la justicia siguen dando pasos acelerados que asoman al país a una crisis constitucional.
Ellos insisten en acusar a Abrego Garcia, ciudadano salvadoreño de 29 años que llegó sin papeles en el 2011 y tiene una esposa y un hijo natural estadunidense, de pertenecer a la banda MS-13.
No han ofrecido pruebas de esa acusación y, al meterlo en los primeros vuelos al Salvador, se han saltado la orden de un juez de inmigración que en el 2019 dictaminó que no se le podía deportar pues podría ser objeto de violencia o tortura si volvía al Salvador.

Este lunes en el Despacho Oval la fiscal general, Pam Bondi y el asesor Stephen Miller hacían una lectura interesada de la decisión del Tribunal Supremo remarcando que los jueces no ordenaron que el Gobierno “efectuase” el retorno de Abrego Garcia, sino solo que lo “facilitase”.
Defienden que el Alto Tribunal ha negado a cortes inferiores la capacidad de decidir sobre “asuntos de política exterior”, y así es como califican este caso.
Bukele les daba este lunes en el Oval el mayor respaldo posible por partida doble. Por un lado, junto a un Trump exultante, el líder salvadoreño mostraba su opinión de que no tiene “el poder” para retornar a Abrego Garcia a Estados Unidos.
Por otro, ademas, decía tajantemente que no tiene ninguna voluntad de hacerlo. “Espero que no me esté sugiriendo que cuele a un terrorista en Estados Unidos”, le ha dicho a la periodista de CNN que le ha planteado si va a devolverlo (una reportera y un canal a los que Trump ha vuelto a insultar por la mera pregunta). “Por supuesto no voy a hacerlo”.
Esa es una de las respuestas de Bukele que han hecho a Trump mostrarse exultante. Y el líder estadunidense no solo ha reforzado su idea de mantener lo que él y su gobierno llaman “deportaciones”, que en realidad son expulsiones que no respetan el proceso debido ni otros derechos de los migrantes, muchos de los cuales se ha probado que no tienen conexión con bandas violentas ni antecedentes penales (un factor que el gobierno ignora elevando a delito la falta administrativa de entrar o estar sin papeles).
Este lunes Trump insistía en la idea, ya sugerida con anterioridad, de que podría enviar a El Salvador a ciudadanos estadunidenses acusados de crímenes, una propuesta claramente inconstitucional.
“Estamos estudiando las leyes”, ha dicho el republicano, que ha vuelto a mostrarse “totalmente a favor” de enviar a estadunidenses a prisiones como el Centro de confinamiento de terrorismo abierto por Bukele, que de momento ha llegado a un acuerdo para cobrar $6 millones por aceptar a los migrantes “deportados”, que por ahora son salvadoreños o de otros países, como Venezuela, que no aceptan las “devoluciones” de Washington.
