La tanatopraxia, que no es lo mismo que embalsamar o momificar, permite el retraso del proceso natural de transformación cadavérica de un cuerpo
Para frenar el tiempo normal de descomposición, el cuerpo del papa Francisco atravesó una serie de procesos que forman parte de una técnica milenaria que permiten la conservación y exposición del cadáver en la basílica de San Pedro por los días que restan hasta el funeral el próximo sábado, informó el diario El Nacional.
Pascual Pimpinella, titular de la cátedra de Medicina Legal en Santa Fe y exmédico forense del Poder Judicial de Argentina, explicó que la técnica se llama de conservación de cuerpo o tanatopraxia, que no es lo mismo que embalsamar o momificar, y permite el retraso del proceso natural de transformación cadavérica de un cuerpo.
“La técnica es milenaria, no es algo moderno. Se hace apenas ocurrida la muerte y lleva aproximadamente entre tres a cinco horas», indicó en una entrevista para el medio argentino Radio Mitre.
Primero se desinfecta el cuerpo, se lo higieniza con bactericida y fungicida, e incluso se puede usar hipoclorito.

“El cadáver se deshidrata, entonces después se lo vuelve a hidratar, para que cuando la gente lo observe parezca que recién ocurrió la muerte. En paralelo, se canalizan las arterias del cuello, la carótida, y se reemplaza la sangre con bombas. Esto hace que se conserve el tejido y permite que ese proceso se detenga entre 10 a 14 días”, explicó.
Para completar el proceso, se usa maquillaje y resinas, lo que conserva el color de los tejidos, a diferencia del formol usado habitualmente en los embalsamamientos.
“La técnica que se utilizó con el Papa deja 14 días hasta que arranque el proceso natural de descomposición. Finalmente, la destrucción del cadáver comienza con lo que se conoce como mancha verde y termina en entre dos a cuatro años, cuando los ácaros toman todo el cuerpo”, dijo Pimpinella.
Luego de la ceremonia de confirmación de muerte que tuvo lugar el lunes por la noche, el cuerpo del papa Francisco llegó el miércoles a la basílica de San Pedro, donde permanecerá durante tres días en capilla ardiente para que los fieles se acerquen a darle un último adiós.
