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Funeral del papa, el primer viaje internacional de Trump

Funeral del papa, el primer viaje internacional de Trump
El presidente estadunidense, Donald Trump, el finlandes Alexander Stubb en el funeral por el papa Francisco. EFE/EPA/RICCARDO ANTIMIANI

El papa Francisco fue uno de los pocos líderes internacionales que nunca se cortó en sus críticas al presidente estadunidense

Donald Trump emprendió este viernes el primer viaje internacional de su segundo mandato para despedir al Papa Francisco en Roma, informó el diario catalán La Vanguardia.

En la Plaza San Pedro, asistirá al funeral de uno de los pocos jefes de Estado que nunca se cortó a la hora de criticar su falta de empatía con los inmigrantes, su lenguaje divisivo, su política de destrucción medioambiental y su uso de la religión para fines políticos.

“Amaba el mundo, y fue un buen cristiano. Cuando lo conocí, pensé que era un tipo fantástico”, dijo Trump a bordo del Air Force One, camino a Roma.

No es la misma opinión que tenía el papa de él, que cuando todavía era candidato, en el 2016, dijo sobre Trump que “una persona que piensa solo en hacer muros, dondequiera que estén, y no en hacer puentes, no es cristiana”.

El papa hizo esas declaraciones, en referencia a la principal promesa de campaña de Trump, después de rezar en la frontera de México por los migrantes que habían muerto tratando de llegar a Estados Unidos.

El cadáver del papa Francisco velado en una capilla de Santa Marta. EFE/EPA/VATICAN MEDIA HANDOUT HANDOUT EDITORIAL USE ONLY/NO SALES

Trump respondió en un mitin electoral que era “vergonzoso” que un líder religioso cuestionara así su fe y, tras especular que el papa había sido manipulado por el gobierno mexicano, dijo que se arrepentiría de sus comentarios en caso de ataque terrorista.

“Si el Vaticano es atacado por Estado Islámico, que como todo el mundo sabe es su trofeo definitivo, puedo prometerles que el papa solo habría deseado y rezado para que Trump hubiera sido presidente”.

La primera y única reunión de Trump con el papa llegó cuatro meses después de su aterrizaje en la Casa Blanca, en mayo del 2017, en el que fue su quinto viaje oficial.

Entonces, ambos líderes trataron de esquivar su adversidad ideológica, que se ejemplifica también en sus maneras de vivir. El papa Francisco siempre evitó la pompa y la exhibición de riqueza, como las que muestra Trump en la decoración dorada de su despacho oval y de su residencia-club de Mar-a-Lago.

Sin embargo, ambos tuvieron algunas similitudes: Llegaron al poder desde una posición ajena al establishment, consolidaron su liderazgo exaltando a las masas con su carisma natural, y hablaron y actuaron sin pelos en la lengua, a menudo saltándose el protocolo.

Trump, que se identifica como cristiano protestante y presbiteriano, llegó a la Casa Blanca en dos ocasiones abrazado por el voto de los católicos (así como otras corrientes religiosas, especialmente los evangélicos), que tan solo perdió en el 2020 frente a Joe Biden –el segundo presidente católico después de John F. Kennedy–, que también asistirá al funeral.

Los símbolos y la liturgia religiosa son una constante de su presidencia y es habitual verlo rezar al comienzo de las reuniones de gabinete, entre otros actos oficiales.

Además, el republicano comercializa por $60 una biblia, la God Bless the USA Bible, inspirada en uno de los himnos que le acompañó durante su campaña, la canción homónima de Lee Greenwood.

Una de las últimas personas en visitar al papa antes de su fallecimiento fue el vicepresidente, J.D. Vance, quien se convirtió al catolicismo en el 2019 desde el protestantismo con el que fue criado en el ámbito familiar.

Tras su visita, el arzobispo Diego Ravelli leyó el mensaje pascual del papa, en el que abogó por la solidaridad global contra los más vulnerables, incluyendo a los migrantes, lo que fue interpretado como una crítica al plan de deportaciones masivas de la administración Trump.

Fue la última de las referencias veladas del papa a Trump. Durante la década en que ambos compartieron espacio mediático, criticó en numerosas ocasiones el auge del populismo, que han adoptado líderes ultraderechistas en todo el mundo siguiendo la estela del republicano.

“El populismo termina mal, como demostró el nazismo”, dijo en una entrevista con el periódico La Stampa en el 2019. “No nos dejemos engañar por soluciones fáciles. Apasionémonos por el bien común”, dijo a sus fieles el año pasado, tras las elecciones legislativas en Francia que confirmaron el auge de la extrema derecha.

Cuando Trump se salió del Acuerdo de París por primera vez, en el 2017, el papa Francisco expresó su “decepción” por esa decisión.

Su defensa del medio ambiente y sus advertencias contra la emergencia climática fueron uno de los principales asuntos de contraste con Trump, un líder vinculado a las donaciones de la industria fósil, que el mismo día de su investidura declaró una emergencia energética nacional con el objetivo de explotar hidrocarburos en zonas protegidas.

Trump será el segundo presidente estadunidense en ejercicio en asistir al funeral de un papa.

El primero fue George Bush tras el fallecimiento de Juan Pablo II en el 2005.

El republicano lamentó la muerte del papa Francisco a través de sus redes sociales y, durante un acto el lunes de Pascua, rodeado de disfraces de conejos, anunció que había ordenado que las banderas en edificios federales ondeasen a media asta durante cuatro días.

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