El asesor de Seguridad Nacional de Trump se ha visto salpicado por los escándalos de Signalgate y de Venmo
Mike Waltz se ha convertido en los últimos meses en uno de los nombres propios de la política estadounidense e internacional. Sin embargo, no ha sido por sus buenas prácticas, sino más bien por un fallo garrafal, informó el diario español ABC.
El hasta este jueves asesor de seguridad nacional de Trump cometió un grosero error al incluir a un periodista en un chat en el que se compartía información confidencial sobre un ataque de hutíes en Yemen.
Ahora, el presidente de Estados Unidos ha decidido prescindir de sus servicios y lo ha destituido, así como a su adjunto, Alex Wong.

Este fallo, cometido a través de una plataforma de mensajería llamada Signal, puso en el foco a Waltz, ya que dejó en entredicho la seguridad nacional al compartirse documentos confidenciales en ese grupo con un periodista. No obstante, no ha sido su única metedura de pata en los últimos días.
También se hizo público que tenía desprotegida su cuenta de Venmo, una aplicación equivalente a Bizum.
Dos errores demasiado torpes para una persona con un cargo tan relevante en temas de seguridad. Aún así, Trump salió a respaldarle y le descargó de gran parte de la culpa.
Hasta este jueves, en el que el presidente ha optado por prescindir de él tras semanas de rumores y repetidas negativas por parte del jefe del Ejecutivo estadunidense.

Esta decisión llega a pesar de que el perfil de Waltz es el de afín a Trump, algo imprescindible para ocupar un cargo de dicha magnitud en el gobierno del país.
Además, supuestamente aportaba experiencia a nivel internacional en cuestiones de seguridad tras su dilatada carrera y su notable currículum.
El asesor de la seguridad nacional estadunidense siempre se había mostrado muy leal a Trump.
El propio presidente de Estados Unidos le calificó como “un líder reconocido a nivel nacional en seguridad nacional” antes de nombrarle para el cargo y añadió que era “experto en las amenazas planteadas por China, Rusia, Irán y el terrorismo global”.
Además, tenía un perfil característico.
Waltz fue un boina verde y acreditaba mucha experiencia en combate, condecorado en giras de combate en Afganistán, Medio Oriente o África, lo que fue un punto a favor para desempeñar altos cargos durante los últimos años.

Llegó a ser director de político de dos secretarios de Defensa de Bush y asesor antiterrorista del vicepresidente de Cheney.
Otro de los elementos característicos de Waltz son sus palabras. Siempre se ha mostrado muy contundente a la hora de exhibir sus pensamientos, un elemento que comparte con Trump.
Al igual que el presidente de Estados Unidos, ha sido muy crítico con ciertas políticas que se habían estado llevando a cabo dentro de las fuerzas armadas del país en los últimos años. Llegó a tacharlas de “colapso de la moralidad”.
Sugirió que tenían que “estar enfocados en ganar guerras, no en cumplir agendas ideológicas” y que “las prioridades deben ser preparar a soldados fuertes, no soldados sensibles”.
Mike Waltz ha tenido un pensamiento muy crítico en los últimos años con la política exterior de Estados Unidos durante el mandato de Joe Biden, al que reprendió por la caótica retirada de las tropas de Afganistán.

Más allá de eso, el actual asesor de seguridad nacional estadounidense ha puesto bajo el foco las relaciones con Ucrania. Llegó a pedirle a Zelenski “bajar el tono” después de las tensas reuniones que mantuvieron Washington y Kiev y le instó a firmar el acuerdo de tierras raras para contar el apoyo de Estados Unidos.
Llegó a tachar de “inaceptable” la actitud de Ucrania durante sus conversaciones, lo que demuestra la presión que ha ejercido durante las negociaciones con Zelenski.
En cuanto a China, Waltz siempre se ha mostrado como un halcón anti-China. Para él, el gigante asiático representa una verdadera amenaza y lo ha dejado claro en distintas declaraciones.
“No podemos cerrar los ojos y aplaudir a China mientras sus líderes cometen genocidio”, llegó a afirmar.
Para él es uno de los principales enemigos en el tablero geopolítico. Por todo ello, Waltz consiguió hacerse un hombre fuerte dentro del organigrama de Trump antes de terminar cayendo en desgracia.
