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Cuáles son las facciones de la iglesia católica que se enfrentan en el cónclave

Cuáles son las facciones de la iglesia católica que se enfrentan en el cónclave
Conclave para elegir al nuevo Papa. Reuters

En el cónclave, el Papa solo es elegido cuando dos tercios de los electores se ponen de acuerdo sobre el mismo nombre

La elección del sucesor del papa Francisco es una decisión política, así siga los ritos religiosos y sea fruto de una elección en la que los votantes son un selecto grupo de sacerdotes que, según la doctrina de la iglesia católica, actúan bajo inspiración divina, informa la cadena BBC Mundo.

Para que el nuevo pontífice sea anunciado, los diferentes grupos de cardenales que forman el llamado cónclave -cada uno con sus intereses particulares-, deben formar alianzas y acuerdos a lo largo del proceso.

Cuando los 133 cardenales con derecho a voto -tienen derecho a voto hasta los 80 años- estén encerrados en la Capilla Sixtina, comenzarán las sesiones de votación y se consolidarán algunas convergencias y muchos desacuerdos, iniciados en reuniones anteriores o en contactos informales de los últimos días, semanas e incluso meses.

En la reunión secreta que empezaron este miércoles, se formarán nuevas posiciones, especialmente después de que se cuenten los resultados de cada ronda de votaciones.

En el cónclave, el Papa solo es elegido cuando dos tercios de los electores se ponen de acuerdo sobre el mismo nombre y, hasta que esto ocurra, habrá momentos en los que el encuentro estará abierto a la reflexión y al debate entre los cardenales, llamados así en referencia a sus vestimentas rojas.

“Francisco quería que el futuro papa estuviera alineado con él. Y esto no es un deseo personal, sino el deseo de una tendencia”, declaró el teólogo e historiador Gerson Leite de Moraes, profesor de la Universidad Presbiteriana Mackenzie.

“Preparó, en el ámbito político, los cambios en el colegio cardenalicio para que el viento del cambio continuara después de su muerte”.

Pero esta visión de la sucesión como un juego de facciones partidistas está lejos de ser unánime.

¿Sucesor natural?

Considerando que, entre los 133 cardenales elegibles para votar, 108 fueron nombrados por el propio papa Francisco, es natural imaginar que el “partido de Francisco” será el más fuerte en el cónclave. ¿Pero puede realmente usarse esta figura?

No hay consenso entre los expertos y las figuras religiosas de la jerarquía católica, ya sea porque no todos los nominados por el pontífice fallecido el 21 de abril estaban alineados con él, o porque rechazan la idea de que la elección se base únicamente en criterios políticos y circunstanciales.

Un cardenal lee el juramento antes del inicio del cónclave para elegir a un nuevo Papa en la capilla Sixtina en la Ciudad del Vaticano, 07 de mayo de 2025. (Papa, Cardenal) EFE/EPA/VATICAN MEDIA

“Lo que no sabemos es si los cardenales serán fieles a su proyecto iniciado hace 12 años. Porque el mundo ha cambiado en estos 12 años. La iglesia ha avanzado, pero, por otro lado, los reaccionarios también se han puesto manos a la obra”, dice Moraes.

Y hay matices a tener en cuenta. Aunque surgen nombres muy alineados con él, como el italiano Matteo Maria Zuppi o incluso el filipino Luis Antonio Tagle, los expertos coinciden en que Francisco no dejó a un único sucesor natural: En los pasillos de la Santa Sede, Benedicto XVI, por ejemplo, fue visto durante mucho tiempo como el sucesor de Juan Pablo, debido al protagonismo que adquirió durante el pontificado de este último.

Lidice Meyer Pinto Ribeiro, profesora de la Universidad Lusófona, en Portugal, y autora del libro recientemente publicado «El cristianismo en femenino», destacó que «Francisco esperaba que su sucesor mantuviera sus reformas y las llevara más lejos».

Pero la iglesia actual no vive sólo del «partido de Francisco». Señala que la antigua institución «se encuentra dividida en un grupo conservador opuesto» a las medidas implementadas en los últimos años.

El sociólogo Ribeiro Neto señala también que el criterio de Francisco para elegir a los cardenales “no parece haber sido la línea pastoral, sino más bien la idea de descentralización en relación a una Iglesia inicialmente italocéntrica, y después eurocéntrica”.

Cuando Francisco se convirtió en Papa, había 28 cardenales italianos. Hoy quedan 17. “Fue el país que más representantes perdió”, señala.

“Él no nombró a todos los cardenales a su imagen y semejanza”, coincide Moraes. “Francisco respetaba el trabajo de otras tendencias”.

Betto pone como ejemplos de conservadores designados por Francisco los casos del italiano Marcello Semeraro, el chileno Fernando Natalio Chomali Garib y el peruano Carlos Castillo Mattasoglio.

La antropóloga Pinto Ribeiro también incluye en esta lista al congoleño Fridolin Ambongo Besungu. Entre los propuestos al cardenalato por Benedicto XVI hay también nombres fuertes de la oposición, como el estadounidense Raymond Leo Burke y el guineano Robert Sarah. El húngaro Péter Erdő es un raro superviviente de los nombrados por Juan Pablo II.

El ala conservadora del liderazgo de la iglesia puede ser pequeña en número, pero es bastante vocal. Entre los estadunidenses, el cardenal Burke, considerado uno de los mayores críticos del Papa argentino, es visto como uno de los líderes de la oposición.

Francisco lo sabía, por supuesto. Tanto es así que desalojó a Burke de su apartamento en el Vaticano y lo removió de algunas funciones administrativas que tenía en la Curia romana.

Esa fue la principal táctica de Francisco para lograr gobernar en medio de la disidencia: Colocar a amigos en puestos clave. Y mover hilos para que sus detractores tuvieran cada vez menos poder.

Aunque los nombres alineados con Francisco son mayoría, los analistas entienden que si en las primeras votaciones surge un adversario que termina concentrando los votos de todos aquellos que no están de acuerdo con el modelo de Francisco, ese candidato papal tiene posibilidades de ganar con un discurso de cambio, lo que en este caso supondría un retorno a las tradiciones.

Francisco se enfrentó a una oposición que hoy cuenta con el apoyo de la extrema derecha mundial. Sin duda, muchos católicos apoyan el regreso de una tendencia más conservadora.

Por lo tanto, este cónclave será muy interesante: Determinará cómo se posicionará la Iglesia católica en los próximos años, afirma Moraes, profesor de la Universidad Presbiteriana Mackenzie.

“¿Podría formarse una coalición reaccionaria en torno a algún nombre de la oposición? Sí”, añade.

El primer día del cónclave solo se realiza una votación. A partir del segundo hay dos: Uno por la mañana y otro por la tarde. A partir de estas, algunos nombres terminan volviéndose más fuertes que otros. Hasta que una inmensa mayoría deposita su confianza en una de las figuras religiosas y ésta termina siendo elegida.

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