Tiene que actuar con todos sus instrumentos al alcance para poner toda su presión diplomática sobre Israel y que ponga fin a esta guerra
La Unión Europea (UE) revisará el Acuerdo de Asociación con Israel, en respuesta a la petición de más de una docena de países, ante las sistemáticas violaciones del derecho internacional del régimen de Benjamín Netanyahu en su guerra contra Gaza, ha anunciado la jefa de la diplomacia europea, Kaja Kallas, este martes tras una reunión de los ministros de Exteriores de los Veintisiete en Bruselas, informó el medio español El Periódico.
“La presión es necesaria para cambiar la situación”, ha dicho Kallas en rueda de prensa tras el encuentro, criticando el bloqueo de Israel a la entrada de ayuda humanitaria en la Franja.
“Está claro tras la reunión de hoy que hay una gran mayoría de países a favor de revisar el artículo 2 de nuestro Acuerdo de Asociación con Israel, así que iniciaremos este ejercicio”, ha añadido la estonia insistiendo en que esto demuestra que cada vez más gobiernos ven la situación en Gaza como insostenible.
“Es responsabilidad de Israel desbloquear la ayuda humanitaria. Salvar vidas debe ser nuestra prioridad”, ha subrayado.

Países Bajos, con el apoyo de una decena de países, había pedido dar el paso, un año después de que lo solicitaran España e Irlanda.
En total, 17 se han sumado este martes a la petición.
“La Unión Europea tiene que actuar y tiene que actuar con todos sus instrumentos al alcance para poner toda su presión diplomática sobre Israel y que ponga fin a esta guerra, que permita el acceso de ayuda humanitaria sin ningún impedimento”, ha dicho este martes en Bruselas el ministro de Exteriores español, José Manuel Albares.
“Hay que decirle a los israelíes que hay situaciones para las que ya no encontramos palabras, no encontramos justificación, no encontramos, no encontramos más excusas”, ha dicho el ministro de Exteriores de Luxemburgo, Xavier Bettel.
“Es el momento de decirle a Israel que no nos vamos a quedar quietos y que no vamos a cerrar los ojos”, ha añadido, sumándose a la petición de revisar el acuerdo.
Entre los países que apoyan la iniciativa están España, Irlanda, Bélgica, Luxemburgo, Eslovenia o Francia.

Preguntado por qué cree que más gobiernos se han unido a la iniciativa un año después, el ministro irlandés de Desarrollo Internacional, Neale Richmond, ha destacado: “Solo puedo imaginar que es porque tienen ojos y oídos y han visto los absolutos horrores que se desarrollan a diario, en directo, en nuestras pantallas, en Gaza: Niños que mueren de hambre, familias asesinadas todos los días es inaceptable”.
Preguntado por el aparente rechazo de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, a la medida, Veldkamp ha respondido que él, como la alemana, “es un amigo de Israel”, pero hay que responder ante la preocupación en la sociedad europea por la situación en Gaza.
El holandés ha mostrado además su rechazo ante los planes del gobierno de Netanyahu de intensificar los ataques sobre el territorio palestino.
Para lo que no ha habido acuerdo este martes entre los Veintisiete ha sido para aprobar nuevas sanciones contra los colonos israelíes violentos.
El Acuerdo de Asociación establece las bases legales en las que se sienta la cooperación política, comercial y económica entre la Unión Europea e Israel.
Ese acuerdo se traduce en iniciativas concretas a través de un plan de acción, caducado desde enero de este año, y cuya renovación está pendiente de aprobación desde el mes de marzo. Ese plan, en este contexto, también está en juego.
El artículo 2 del acuerdo establece que tanto la relación entre las partes como las disposiciones del mismo “se basarán en el respeto de los derechos humanos y los principios democráticos, que orientan su política interior e internacional”. Ese respeto constituye “un elemento esencial del presente acuerdo”.
La revisión del acuerdo podría llevar a su suspensión, con importantes consecuencias económicas y políticas para ambas partes.
Richmond ha insistido en que no es solo cuestión de reclamar responsabilidades a Israel, sino también de demostrar que la Unión Europea cree en el Estado de derecho.
Mandar un mensaje político de repulsa a las acciones del régimen de Netanyahu en Gaza que, en la práctica, quedarían sin castigo, salvo que el acuerdo se acabe suspendiendo.
