Desde Soria siguen con impotencia las imágenes que reciben a diario de sus familiares atrapados en Gaza
Mohammed y Asmaa huyeron del infierno en Gaza hace más de una década, pero hoy viven una angustia aún mayor desde la distancia, residiendo en Soria desde el 2019, esta pareja de refugiados palestinos denuncia lo que califican como un “genocidio” en su tierra natal, informó la agencia EFE.
“Esto no es una guerra porque no hay dos bandos, es un exterminio”, asegura Mohammed, diseñador gráfico y exprofesor universitario en Gaza y Siria, donde conoció a Asmaa, profesora de matemáticas. Ambos reconstruyen su vida en España, pero con el corazón roto por lo que ocurre en la Franja.
Desde Soria, siguen con impotencia las imágenes que reciben a diario de sus familiares atrapados en Gaza: niños sin alimentos, hospitales colapsados, casas reducidas a escombros.

La madre de Mohammed, enferma y sin acceso a cuidados médicos, y sus hermanos viven entre ruinas y hambre. “Gaza es ahora una lata de sardinas. Nadie entra y nadie sale”, lamenta Asmaa.
Según datos de la ONU, cerca de 14,000 bebés están en riesgo de morir por desnutrición aguda, más de dos millones de personas padecen hambre extrema tras más de dos meses de bloqueo total por parte de Israel.
La pareja perdió a amigos, vecinos y familiares tras el bombardeo del edificio donde vivían. “Esto no tiene precedentes. Israel quiere la tierra, no le importa acabar con toda la gente que vive en ella”, denuncia Mohammed.
Asmaa cuenta que la hermana de su esposo, que antes se resistía a abandonar Gaza, ahora solo piensa en huir: “El infierno que están viviendo les ha hecho querer salir para sobrevivir”.
Mohammed y Asmaa recuerdan el doloroso proceso que les permitió llegar a España tras cinco años de trámites con ACNUR. Su travesía incluyó una salida arriesgada por el aeropuerto Ben Gurión, un paso por Turquía, y finalmente, el destino seguro: Soria. Entonces, Asmaa estaba embarazada del tercero de sus hijos.
Hoy, hacen un llamado urgente a la sociedad española: “No podemos quedarnos en silencio. Pedimos a la ciudadanía que se movilice para detener este exterminio”, clama la pareja.
Para ellos, reconstruir sus vidas fuera de Gaza ha sido un acto de supervivencia, pero también de resistencia: seguir contando la verdad de lo que ocurre en su tierra es su forma de no olvidar, y de luchar desde lejos.
