Todo comenzó en diciembre del 2024 cuando el presidente electo Donald Trump reavivó viejas tensiones al exigir públicamente la devolución del Canal
La disputa entre Estados Unidos y China en torno a los puertos del Canal ha entrado en su cuarto mes sin una resolución clara, lo que comenzó como una operación comercial ha derivado en una confrontación diplomática y económica de gran escala, informó el diario británico The Economist.
Todo comenzó en diciembre del 2024, cuando el entonces presidente electo Donald Trump reavivó viejas tensiones al exigir públicamente la devolución del Canal, criticando el tratado de 1977 firmado por Jimmy Carter.
Trump calificó el canal como un “activo vital” de Estados Unidos y acusó a Panamá de imponer “tarifas ridículas” a los buques estadounidenses y también denunció la supuesta influencia china en la vía interoceánica.
En marzo del 2025, la tensión escaló con el anuncio de CK Hutchison, firma con sede en Hong Kong, sobre la venta de los puertos de Balboa y Cristóbal a un consorcio liderado por MSC (la naviera más grande del mundo) y el gigante financiero estadounidense BlackRock.

La operación, valorada en $22,800 millones, incluía 43 terminales portuarias en más de 20 países, por lo que Trump celebró la noticia como una victoria contra China, al colocar tres de los cinco puertos panameños clave bajo control estadunidense.
Sin embargo, China reaccionó con fuerza, acusando a CK Hutchison de ceder ante presiones extranjeras, a través de medios estatales y voceros de Hong Kong, el régimen criticó duramente el acuerdo y exigió vetarlo por razones de “seguridad nacional”.
La respuesta tuvo efecto inmediato, las acciones de CK Hutchison cayeron en la bolsa de Hong Kong y la empresa pospuso la firma del acuerdo de forma indefinida, alegando la falta de aprobaciones regulatorias.
En paralelo, medios como NBC y Bloomberg informaron que Donald Trump había ordenado al Pentágono preparar un plan de invasión del Canal de Panamá, elevando las tensiones a un nivel alarmante.
Además, se reveló que Larry Fink, CEO de BlackRock, se reunió con altos funcionarios de Washington para justificar la operación como una estrategia para limitar la presencia china en el istmo.
Pero la situación dio un giro este mes de mayo, cuando durante la junta de accionistas de CK Hutchison, su director ejecutivo Dominic Lai lanzó un mensaje que apagó las esperanzas estadounidenses.
Lai confirmó que MSC sería el principal beneficiario de la venta y que cualquier participación de BlackRock dependería de permisos regulatorios, sobre los cuales China tiene influencia decisiva.
Mientras tanto, según The Economist, el gobierno de Panamá ha tratado de mantenerse al margen del conflicto, autoridades panameñas han reiterado que la administración del Canal sigue siendo estatal y soberana, independientemente de quién opere las terminales adyacentes.
Sin embargo, este país se ha convertido en el escenario de una disputa entre las dos mayores potencias del mundo, con consecuencias aún imprevisibles.
Por ahora, la venta de los puertos sigue en “dique seco”, y lo que parecía una simple transacción se ha transformado en uno de los episodios más tensos de la nueva guerra fría entre Estados Unidos y China.
