El expresidente le escribió a Porcell: “Ayer me aguantó usted. Le iba a dar a Motta”. “Es que siento que se han organizado para desestabilizarnos”, le contestó la exprocuradora.
Según registros de los Varelaleaks, el expresidente Juan Carlos Varela compartía con la exprocuradora Kenia Porcell los dolores de cabeza que le provocaban los medios de comunicación. Ambos se quejaban en forma permanente de las campañas promovidas por TVN.
“No sé qué llama más la atención, ver a una televisora cuestionando la adjudicación de obras a empresas que hicieron acuerdos, o ver cómo accionistas de la misma televisora necesitan estas obras para el crecimiento de sus empresas”, le escribió a Porcell el 16 de abril del 2018.
“Estoy por enviar un tweet”, añadió el mandatario. “No, no lo haga porque eso es lo que quieren. Hay otras formas y debe ser al más alto nivel”, le recomendó Porcell.

Al día siguiente, Varela le escribió: “Ayer me aguantó usted. Le iba a dar a Motta”. “Es que siento que se han organizado para desestabilizarnos”, le contestó Porcell.
El caso en referencia era el de la constructora costarricense Meco que se había adjudicado por $9.5 millones, en noviembre del 2017, el contrato de construcción de la nueva pista de rodaje del Aeropuerto Internacional de Tocumen.
“Toca seguir adelante”, le escribió Varela a Porcell el 17 de abril del 2018, “aunque me digan de todo. Me ofendan, me digan mentiroso, corrupto”.
“Aunque yo no tenga ningún caso por corrupción”, le argumentó Varela a María Mercedes Chelle Corró, exdirectora del diario La Prensa, “depende de mi capital político. Si me lo desgastan con tanto ataque a diario, lo debilitan”.
Chelle Corró le respondió que las “acciones” de Varela eran “las culpables del desgaste” de su capital político. Puso como ejemplo la compra de diputados opositores en la Asamblea Nacional bajo el llamado “pacto de gobernabilidad”.
“Principalmente, intentar comprar la AN (Asamblea Nacional) con todos esos millones en partidas y, ¿a cambio de qué? Ese error ha tenido consecuencias”, señaló. “Fue el costo de la gobernabilidad y leyes que si no se pasaban se venía abajo el sistema”, fue la explicación del exmandatario.

Responsabilizó, además, al exministro de Economía y Finanzas, Dulcidio De la Guardia, de lo referente a la aprobación de dinero para diputados.
“Eso lo manejó Dulcidio”, le dijo Varela. Le advertí a Freddy (el excontralor Federico Humbert) y a él. Por eso Freddy presionó”, añadió. También le aseguró que más tarde “el PRD trajo el chantajeo”.
“Noo. Una cosa es cometer errores políticos y otra es ser corrupto”, le dijo Chelle Corró.
Sin embargo, Varela siguió argumentando. “Créeme, gobernar con 12 diputados no es fácil en la mitad de la tormenta. Fueron muy injustos (en La Prensa). Pero tranquila, yo entiendo. La credibilidad del medio es más importante que mi honor”, se quejó.
En mayo del 2017, Varela le preguntó a Castalia Pascual, periodista del noticiero matutino de TVN, por qué ese canal estaba “desconectado de la realidad del país”. “Te lo digo con el cariño que te tengo”, añadió el expresidente.
Pascual había sido por dos años vocera del gobierno de Varela, pero dejó el puesto por diferencias con el exsecretario de Comunicación, Manuel Domínguez. “Se los estoy diciendo. Pero no me paran bola”, le respondió Pascual.

Varela aprovechó la ocasión para pedir explicaciones por lo que consideraba un trato “injusto” hacia Rolando López, exsecretario ejecutivo del Consejo de Seguridad Nacional.
De acuerdo al expresidente, López estuvo en cuidados intensivos “desfibrilando”. “Le tuvieron que parar el corazón y arrancarlo de nuevo. El doctor pidió esa operación. No es estética ni lipo como ha vendido RM (Ricardo Martinelli)”.
Pascual le replicó que “eso lo debieron decir de inmediato. Qué vaina”.
“Ustedes se están dejando llevar por RM (Ricardo Martinelli). Él les está marcando la pauta. ¿Cuál es la alternativa? ¿Que él pagara la operación? ¿De qué vive tres meses?”, argumentó Varela.
Al momento de ser sometido al tratamiento médico, López devengaba un salario de $10,000 mensuales.
Precisamente un año después, la periodista le pidió una cita a Varela pues tenía en su poder un “software” del que quería “contarle” porque es “algo que me tiene con dolor de cabeza”. “Ok. Te aviso. Solo toca tener cuidado, esa gente es capaz de todo”, dijo el exgobernante.
“Por eso me urge contarle lo que me está pasando. Ni a mis jefes le voy a decir”, le confesó Pascual.

En ese mismo mes de mayo del 2017, uno de los fundadores del diario La Prensa, el empresario Roberto Eisenmann le dijo a Varela que “lo de Picuiro (apodo de Rolando López) fue un error”.
“Rolando estuvo en intensivos, le volvieron a resetear el corazón. El doctor mando la operación. Él maneja fondos discrecionales como director de inteligencia. Pude haber dicho: Tómalos de ahí”, le explicó el expresidente. El Consejo de Seguridad Nacional contaba con un presupuesto de $3.6 millones anuales.
Varela atribuyó el asunto a una campaña mediática que “Martinelli vendió exitosamente” como “una liposucción o cirugía estética”. “Pudo ser un error, pero no uno que voy a aceptar porque, créeme, lo volvería a hacer”, subrayó.
Frente a esa situación Eisenmann le dijo a Varela que era “vital” contar con un “manejo diario estratégico de comunicación mediática”. Le propuso como asesor a su cuñado, César Tribaldos.
“De nada sirve si su imagen de liderazgo fuerte sigue deteriorándose al ritmo que va. Haga lo que tiene que hacer, pero pensando siempre en la opinión pública por la necesidad de mantener el piso político requerido para gobernar con eficiencia”, le recomendó.
