La temporada de ciclones del Atlántico, del 1 de junio al 30 de noviembre, tendrá hasta 10 huracanes y 19 tormentas con nombre, por encima del promedio histórico
Organizaciones civiles alertan de que Estados Unidos afronta potenciales desastres en esta temporada de huracanes, que comenzó el domingo, con los recortes de $646 millones y casi 2,000 empleados a su Agencia Federal de Gestión de Emergencias (FEMA), donde crece la polémica con declaraciones de sus directivos, informó la agencia EFE.
La controversia aumentó esta semana tras filtrarse a los medios que el jefe en funciones de FEMA, David Richardson, dijo a su personal que no sabía de la existencia de una época de ciclones en EE.UU., mientras que en un documento interno divulgado en la prensa en mayo la agencia reconoció que no estaba lista para la temporada.
Esto ocurre en medio del recorte presupuestal que contempla el “gran y hermoso proyecto de ley” del presidente Donald Trump, que aprobó la Cámara de Representantes el mes pasado, y la reducción de entre un tercio y un cuarto de la plantilla de FEMA desde el comienzo de la Administración en enero.
Esto alarma a asociaciones ambientales porque “hacen a la agencia menos capaz de ayudar a las comunidades necesitadas cuando los desastres ocurran”, advirtió Joel Scata, abogado sénior del Consejo de Defensa de los Recursos Naturales (NRDC) en una entrevista con EFE.

El abogado recordó que FEMA es “para bien o para mal la agencia líder de la nación para prepararse para el impacto del cambio climático así como desastres de clima extremo”, por lo que cuestionó que el gobierno ya haya cancelado programas diseñados para fortalecer la resiliencia de las comunidades y planes de gestión de emergencia.
Mientras disminuyen los recursos, la temporada de ciclones del Atlántico, del 1 de junio al 30 de noviembre, tendrá hasta 10 huracanes y 19 tormentas con nombre, por encima del promedio histórico ante el calentamiento de los océanos, según la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA).
Pero el presupuesto, que aún debe avalar el Senado, incluye también un recorte de casi el 30% anual a NOAA, que en marzo recibió una petición del gobierno para un recorte adicional de 1,000 trabajadores, un 20% de la plantilla.
La polémica sacude en particular a Florida, donde el gobernador, el republicano Ron DeSantis, ha asegurado que el estado no depende de FEMA, por lo que apoya eliminar su burocracia.
Pero Florida es el tercer estado que más apoyo ha recibido de FEMA, detrás de Luisiana y Nueva York, tras obtener casi $28,000 millones del organismo entre el 2003 y el 2025, según una base de datos del Carnegie Endowment for International Peace.
