El fenómeno podría repetirse en varias fechas de julio y agosto
Este miércoles 9 de julio podría marcar un nuevo hito en la historia de nuestro planeta, convertirse en uno de los días más cortos jamás registrados, así lo advierten científicos que monitorean la rotación terrestre con relojes atómicos de altísima precisión, de acuerdo a información del el diario venezolano El Nacional.
Aunque parezca ciencia ficción, la Tierra lleva varios años acelerando su rotación, según el astrofísico Graham Jones, del sitio especializado timeanddate.com, este fenómeno se ha intensificado desde el 2020, con jornadas que han durado fracciones de segundo menos de las 24 horas estándar.
“El planeta parece tener prisa”, dice Jones. Y no es una exageración, el 5 de julio del 2024 se registró el récord más reciente, con un día que fue 1.66 milisegundos más corto de lo normal. Aunque esta diferencia es imperceptible para las personas, sí afecta sistemas de alta precisión como los satélites o el GPS.
Según las proyecciones de Jones, este fenómeno podría repetirse en tres fechas clave, el 9 de julio, 22 de julio y 5 de agosto, cuando se espera que la rotación se complete entre 1.30 y 1.51 milisegundos antes del tiempo habitual.

Una posible causa sería la menor influencia gravitacional de la Luna en esos días, al estar más alejada del ecuador terrestre.
Aunque aún no existe una explicación definitiva, los científicos apuntan a factores internos y externos como posibles responsables, entre ellos, los movimientos del núcleo terrestre, los cambios en la atmósfera y los océanos, e incluso la interacción entre la Tierra y la Luna.
El investigador ruso Leonid Zotov, experto en rotación planetaria de la Universidad Estatal de Moscú, admite que este fenómeno tomó por sorpresa a la comunidad científica. “Los modelos oceanográficos y atmosféricos no son suficientes para explicar esta aceleración masiva”, afirma.
Por su parte, la profesora Hannah Fry, de la Universidad de Cambridge, recuerda que la rotación terrestre nunca ha sido constante.
Estudios con corales antiguos demuestran que hace 430 millones de años, un año tenía 420 días, lo que indica que la Tierra giraba mucho más rápido en el pasado.
A corto plazo, no hay motivo de preocupación, los relojes comunes seguirán funcionando sin cambios, sin embargo, esta aceleración plantea desafíos para los sistemas tecnológicos basados en el tiempo atómico.
En el futuro, podría incluso ser necesario aplicar un segundo negativo, es decir, restar un segundo del tiempo oficial, algo que nunca ha ocurrido hasta ahora.
Y aunque la Tierra parece ir con prisa, Zotov proyecta que esta tendencia podría revertirse en los próximos años, dando paso a una fase de desaceleración, en otras palabras, lo que hoy se acelera, mañana podría volver a su ritmo habitual o incluso más lento.
