Es una condición que afecta la capacidad de concentrarse
Distraerse con facilidad, tener dificultades para seguir instrucciones o mostrar movimientos físicos excesivos pueden parecer comportamientos típicos de un niño inquieto.
Ese trastorno, conocido como TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad), es una condición que afecta la capacidad de concentrarse, y que podría estar padeciendo más de 30,000 niños en Panamá.
Sin embargo, cuando estos patrones son persistentes y afectan su desarrollo diario, podrían estar indicando la presencia de un trastorno del neurodesarrollo conocido como TDAH.

En el marco del Día Mundial del TDAH, que se conmemora este 13 de julio, especialistas en salud mental hacen un llamado a crear conciencia sobre esta condición que afecta al 7,2% de los niños en el mundo, y que en muchos casos persiste en la adolescencia y la adultez si no se trata adecuadamente.
“No se trata de portarse mal, sino de una condición que impacta en sus actividades diarias y que requiere comprensión y acompañamiento, tanto en el entorno familiar como escolar”, explicó la doctora Anna Patricia Alessandría, Gerente Médico de Psiquiatría de Adium Centroamérica & Caribe.
La Federación Mundial de TDAH recuerda que este trastorno ha sido descrito desde hace más de dos siglos, y que sus principales características incluyen síntomas persistentes de inatención, hiperactividad e impulsividad, presentes en más de un entorno durante al menos seis meses.

Entre los signos más comunes del TDAH se encuentran: Tipo desatento es decir, dificultad para concentrarse, cometer errores por descuido, olvidar tareas, evitar actividades que requieren esfuerzo mental sostenido.
También está el tipo hiperactivo/impulsivo: inquietud constante, hablar en exceso, interrumpir, correr o trepar en contextos inadecuados, dificultad para esperar turnos. Y el tipo combinado: presencia de síntomas de ambos grupos.
“Para que el diagnóstico sea confiable, deben observarse al menos seis síntomas frecuentes de alguno de estos tipos, lo que requiere una evaluación clínica cuidadosa”, explicó la Dra. Alessandría.

Uno de los mayores retos que presenta el TDAH es su detección temprana, al confundirse fácilmente con comportamientos propios de la niñez, muchos casos no son identificados hasta que ya han generado consecuencias como bajo rendimiento escolar, problemas de autoestima, ansiedad o incluso depresión.
En América Latina, se estima que hay más de 36 millones de personas con TDAH, pero menos del 25% recibe un tratamiento adecuado, la falta de conocimiento, los estigmas sociales y la limitada formación en salud mental infantil contribuyen a este escenario.
“El diagnóstico temprano y el tratamiento integral son esenciales para mejorar el bienestar del niño en el presente y en su vida adulta”, aseguró la especialista.
