Las autoridades se habían mostrado renuentes hasta ahora a entregar una cifra definitiva de personas cuyo paradero se desconoce
El gobernador de Texas, Greg Abbott, ordenó izar las banderas a media asta para guardar duelo por las 119 muertes provocadas por las inundaciones en la región del Hill Country, a las afueras de San Antonio, que también han dejado unos 173 desaparecidos, informó la agencia EFE.
Las labores de búsqueda continuaron este miércoles -apoyadas por decenas de voluntarios y equipos de rescate de otros estados del país e incluso bomberos de México-, a medida que se van apagando las posibilidades de encontrar supervivientes de la tragedia que azotó varios condados el fin de semana del 4 de julio.
“Incontables vidas se han perdido durante este horroroso acontecimiento, y se ha sufrido una cantidad increíble de daño físico y emocional en todo el estado”, señaló Abbott en una misiva pidiendo que los edificios oficiales observen el luto hasta el lunes de la próxima semana y animando a las entidades privadas a hacer lo mismo.

Durante una rueda de prensa desde Hunt, uno de los poblados más afectados por el desastre, Abbott informó que el número de desaparecidos había ascendido a 170.
Las autoridades se habían mostrado renuentes hasta ahora a entregar una cifra definitiva de personas cuyo paradero se desconoce y la revelación indica que el número de víctimas mortales -al menos 119, por ahora- podrá elevarse.
Las autoridades locales han sido cuestionadas por residentes y expertos por no haber ordenado la evacuación de las zonas cercanas al río, pese a las intensas lluvias.

En declaraciones hoy a la prensa, el alguacil del condado de Kerr, Larry Leitha, se comprometió a indagar en las dudas sobre cómo funcionó el sistema de alertas de la región la noche entre el 3 y 4 de julio.
“Creo que esas preguntas deben responderse, a las familias de los seres queridos desaparecidos, al público, a la gente que me eligió para este cargo”, dijo Leitha. “Yo quiero esa respuesta, y la vamos a conseguir”.
Varios residentes de Kerrville indicaron en entrevistas a EFE que recibieron alertas de inundación y fuertes lluvias en la madrugada del 4 de julio, pero no se les pidió evacuar o moverse hacia otra zona.
