Criticó los comentarios del mandatario estadunidense quien cuestionó el proceso judicial brasileño
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, respondió por la red social X a una publicación del expresidente estadunidense Donald Trump, defendiendo la soberanía brasileña y rechazando cualquier tipo de injerencia extranjera.
En un extenso mensaje, Lula criticó los comentarios del mandatario republicano, quien cuestionó el proceso judicial en curso en Brasil contra el expresidente ultraderechista Jair Bolsonaro y los responsables de un intento de golpe de Estado.
“Brasil es un país soberano con instituciones independientes que no aceptarán ser controladas por nadie”, afirmó el presidente brasileño.
Lula recalcó que el juicio a los implicados en los hechos antidemocráticos es una atribución exclusiva de la justicia brasileña. “No está sujeto a ningún tipo de interferencia o amenaza que viole la independencia de nuestras instituciones”, aseguró.

El mandatario también abordó temas relacionados con la regulación de plataformas digitales, señalando que la sociedad brasileña rechaza contenidos de odio, racismo, pornografía infantil, estafas, fraudes y discursos contrarios a los derechos humanos y a las libertades democráticas.
En ese sentido, Lula defendió la legislación nacional y advirtió que tanto empresas brasileñas como extranjeras deben respetar las leyes del país. “La libertad de expresión no debe confundirse con la agresión ni con prácticas violentas”, puntualizó.
Otro punto clave de la publicación fue la relación comercial entre Brasil y Estados Unidos, en la que Lula calificó de falsa la información difundida por Trump sobre un supuesto déficit estadunidense en el intercambio bilateral.
“Las propias estadísticas del gobierno estadunidense demuestran un superávit de $410,000 millones en los últimos 15 años”, indicó Lula.
Lula advirtió que cualquier intento de imponer tarifas de forma unilateral será respondido conforme a la Ley de Reciprocidad Económica brasileña, reafirmando que los principios de soberanía, respeto y defensa de los intereses del pueblo brasileño guían la política exterior de su gobierno.
