La jueza consideró probados los intentos del exmandatario de manipular testimonios para ocultar presuntos vínculos con paramilitares
En un hecho sin precedentes para la justicia colombiana, el expresidente Álvaro Uribe fue declarado culpable este lunes por los delitos de soborno a testigos y fraude procesal, al intentar manipular a exparamilitares para que declararan a su favor y negaran vínculos con escuadrones de ultraderecha que combatieron a las guerrillas, informó el diario colombiano El Nacional.
La jueza encargada del caso afirmó que el delito de soborno “ha quedado acreditado” y que Uribe incurrió en maniobras ilícitas durante un prolongado proceso judicial iniciado en el 2012. El exmandatario, que asistió virtualmente a la audiencia, negó con la cabeza mientras escuchaba el veredicto.
La condena, que marca el primer juicio en la historia contra un expresidente colombiano, puede ser apelada. Uribe se enfrenta a una posible pena de hasta 12 años de prisión.
El caso tuvo su origen en una denuncia que Uribe interpuso contra el entonces congresista Iván Cepeda, a quien acusó de buscar testimonios falsos en su contra.
Sin embargo, en el 2018, la Corte Suprema de Justicia volteó el caso y comenzó a investigar al propio Uribe, quien era senador en ese momento. En el 2020, renunció al Congreso, perdió su fuero y el caso pasó a la justicia ordinaria.
Según testimonios, uno de los abogados del expresidente, Diego Cadena, visitó repetidamente en prisión a exparamilitares para presionarlos a modificar sus declaraciones. Uno de ellos grabó una conversación con una cámara escondida en un reloj espía, pieza clave del caso, junto a interceptaciones telefónicas que la defensa cuestionó por supuesta ilegalidad.
A pesar de insistir en su inocencia, Uribe recibió un revés judicial que golpea fuertemente a la derecha colombiana, a menos de un año de las elecciones presidenciales del 2026. Su partido, el Centro Democrático, lidera la oposición al gobierno del presidente Gustavo Petro.
Uribe atribuyó el proceso a una persecución política impulsada por sectores de izquierda, la exguerrilla FARC y el expresidente Juan Manuel Santos, artífice del acuerdo de paz del 2016.
Fuera del tribunal, simpatizantes del exmandatario corearon su apoyo, mientras que otros sectores celebraron lo que consideran un paso importante hacia la rendición de cuentas en un país marcado por décadas de violencia política.
Con más de 90 testigos, el juicio representa uno de los procesos penales más relevantes del siglo XXI en Colombia, en contra de una de sus figuras más influyentes.