Representa un nuevo ejemplo de cómo el mandatario ha utilizado su imagen presidencial para beneficiar directamente sus intereses empresariales
Donald Trump, presidente de Estados Unidos, generó una ola de críticas por promover negocios personales en su reciente visita a Escocia, donde se ha alojado en propiedades familiares y promocionado activamente sus campos de golf, informó el diario La Razón.
Aunque el viaje se presentó oficialmente como parte de su agenda política y diplomática, expertos y críticos coinciden en que representa un nuevo ejemplo de cómo Trump ha utilizado su imagen presidencial para beneficiar directamente sus intereses empresariales, publicó Univision.
Durante su estancia, el mandatario mantuvo reuniones con líderes internacionales como el primer ministro británico Keir Starmer y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.

Posteriormente anunció un acuerdo comercial con la Unión Europea sobre aranceles, aunque los detalles aún son escasos. Pero la atención se ha centrado en lo que ocurrió fuera de las salas de reuniones: Trump ha jugado golf en Turnberry -uno de sus resorts más lujosos en el Reino Unido- y se prepara para inaugurar un campo en Aberdeen.
“Esto no es un viaje de Estado, es una operación de marketing”, aseguró a la cadena de noticias Leonard Steinhorn, profesor de comunicación política en American University. Calificó el viaje como “otro intento de monetizar su figura presidencial”.
Las críticas no solo se centran en el uso del cargo para promocionar bienes raíces. Analistas también señalaron la contradicción entre el discurso de Trump en campañas pasadas y su comportamiento actual. En 2015 afirmó que no tendría tiempo para vacaciones y prometió rara vez salir de la Casa Blanca.
Incluso en su libro Piensa como un multimillonario calificó de innecesario que un presidente se tomara días libres.
No es la primera vez que Trump entrelaza funciones públicas con propiedades privadas. Durante su primer mandato aprovechó viajes oficiales para hacer escala en hoteles y resorts de su propiedad.
La tradición histórica muestra que otros presidentes también han vacacionado o descansado fuera de Washington. Pero casi siempre en lugares neutrales y sin vínculos comerciales directos. En contraste, Trump ha hecho de sus intereses personales una constante en de su narrativa política.
Para observadores, indicó Univisión, este patrón revela las verdaderas prioridades del presidente.
“Trump ha redefinido las vacaciones presidenciales. Para él no se trata de desconectarse, sino de capitalizar cada oportunidad”, afirmó Jeffrey Engel, director del Centro de Historia Presidencial de la Universidad Metodista del Sur.
