No es solo “la experiencia individual del cuerpo consumiéndose”. También es una “experiencia colectiva de deshumanización”
Alex de Waal lleva más de cuatro décadas estudiando hambrunas. Y asegura que algo distingue el actual caso de Gaza: “La hambruna allí ha sido meticulosamente diseñada para infligir privación individual y trauma social”, informó la cadena BBC Mundo.
El experto británico es considerado una autoridad en el tema de hambruna y ha escrito varios libros de referencia, incluyendo “Inanición masiva: la historia y el futuro de la hambruna”. Actualmente es director de la Fundación Mundial para la Paz en Tufts University, en Estados Unidos.
La hambruna, dijo de Waal no es solo “la experiencia individual del cuerpo consumiéndose”. También es una “experiencia colectiva de deshumanización”.
“Quienes infligen una hambruna son conscientes de ello; saben que lo que hacen es, en realidad, desmantelar una sociedad”, afirmó.

Al menos 154 personas han muerto de hambre hasta el momento en Gaza, incluyendo 89 niños, según las autoridades sanitarias del territorio.
Más de 100 agencias de ayuda advirtieron la semana pasada que la hambruna masiva se está extendiendo en el territorio. Y el Programa Mundial de Alimentos de la ONU alertó que uno de cada tres habitantes de Gaza no come durante varios días.
El jefe del régimen israelí, Benjamín Netanyahu, negó que hubiera hambruna en Gaza. Pero ante la creciente presión internacional, el régimen israelí anunció medidas para el ingreso de lo que Netanyahu describió como una ayuda “mínima”.
El anuncio incluye lanzamiento de ayuda desde el aire y corredores humanitarios, aunque Tom Fletcher, jefe de ayuda humanitaria de la ONU, describió las medidas como “una gota en el océano” ante la magnitud y la urgencia de la crisis en Gaza.

Días atrás miles de personas salieron a las calles de Tel Aviv para protestar contra lo que está ocurriendo en la Franja.
Naciones Unidas informó la semana pasada que más de 1,000 personas murieron en ataques israelíes desde fines de mayo cuando buscaban ayuda alimentaria en puestos de la controvertida Fundación Humanitaria de Gaza (GHF), la entidad privada establecida con respaldo de Israel y Estados Unidos para reemplazar a la red de distribución de la ONU.
Israel lanzó una campaña de exterminio en Gaza en octubre del 2023.
Desde entonces, los ataques israelíes asesinaron a más de 60,000 personas, incluyendo más de 17,000 niños, e hirieron a más de 145,000, según el Ministerio de Sanidad de Gaza.
A continuación, la conversación de Alex de Waal con BBC Mundo.
Usted ha estudiado hambrunas en muchas partes del mundo. ¿Qué distingue el caso de Gaza?
Llevo más de 40 años estudiando crisis humanitarias y hambrunas. Casi todas las hambrunas modernas son provocadas por el hombre en el contexto de la guerra, y la inanición se utiliza rutinariamente como arma de guerra.

Lo que hace a Gaza única en la historia de la hambruna en las últimas décadas es hasta qué punto la hambruna allí ha sido meticulosamente diseñada para infligir privación a nivel individual y trauma social a los palestinos de Gaza.
Desde la Segunda Guerra Mundial no ha habido ningún caso de hambruna tan minuciosamente diseñada y controlada.
Esta hambruna era evitable. Es totalmente provocada.
Usted dijo que cada etapa de esta hambruna estaba prevista y en cada fase podían haberse tomado medidas para evitarla. ¿Podría dar ejemplos de esto?
Desde poco después del inicio de la emergencia humanitaria, diversas agencias humanitarias, incluido el Sistema Integrado de Clasificación de Fases de la Seguridad Alimentaria (IPC) de la ONU, emitieron advertencias confiables sobre una catástrofe inminente en Gaza.
En marzo del 2024, tras una serie de informes particularmente alarmantes, además de ataques a trabajadores humanitarios, Israel cedió a la presión del gobierno estadounidense y permitió el ingreso de más ayuda a la Franja de Gaza. Los resultados fueron inmediatos. En pocas semanas, los niveles de inseguridad alimentaria catastrófica habían disminuido.
En agosto del 2024, cuando se identificó la presencia de polio en Gaza, e Israel temía que el virus se propagara e infectara a los israelíes, Israel se asoció con la Organización Mundial de la Salud para garantizar un programa de vacunación que llegó al 95% de los niños de Gaza en cuestión de días.
Esto demuestra lo que se puede lograr si Israel lo desea.
El 2 de marzo Israel impuso un bloqueo total, que solo levantó parcialmente más de dos meses después con la puesta en marcha de la llamada Fundación Humanitaria de Gaza (GHF), la entidad privada que usa contratistas de seguridad estadounidenses. ¿Cuál es su opinión sobre el papel de esa entidad?
En mayo de este año, tras ocho semanas de asedio total impuesto a Gaza, la ONU pronosticó que las reservas de alimentos se agotarían por completo antes de principios de julio. La hambruna masiva sería inevitable.
Israel podría haber respondido facilitando a la ONU la restauración de sus 400 centros de distribución de ayuda en Gaza. En cambio, optó por poner la mayor parte del racionamiento en manos de la Fundación Humanitaria de Gaza.
La GHF ha distribuido cerca de 90 millones de comidas hasta la fecha. Eso es mucho menos de la mitad de lo necesario para proporcionar una ración mínima a la población de Gaza.
Solo suministra raciones secas, no proporciona leche de fórmula ni los alimentos especializados necesarios para tratar a los niños desnutridos. No proporciona otros servicios esenciales como agua potable, saneamiento, combustible para cocinar ni refugio.
La GHF cuenta con cuatro puestos. Tres de ellos se encuentran en el extremo sur de Gaza, en zonas militares donde las tropas del ejército israelí pueden, y a menudo lo hacen, abrir fuego. Solo los más fuertes pueden ir a recoger raciones, e incluso así, con un riesgo considerable.
Los más débiles, los más vulnerables, quienes corren mayor riesgo de morir de hambre, no tienen ninguna posibilidad de llegar allí.
Usted colaboró con Forensic Architecture, el grupo de expertos de la universidad Goldsmith en Londres, en un análisis detallado de las acciones de la Fundación Humanitaria de Gaza y ha dicho que esta entidad es una extensión del ejército israelí. ¿Cómo lo justifica?
.Si la GHF fuera genuinamente humanitaria, trabajaría con la población de Gaza para apoyarla y brindarle asistencia de manera acorde con su dignidad, ayudando a familias y comunidades.
La hambruna es un fenómeno tanto biológico como social. Es tanto la experiencia del cuerpo consumiéndose como la experiencia colectiva de deshumanización, de desgarrar el tejido social.
Cuando se utiliza el hambre como arma de guerra, el propósito más común no es matar de hambre a la gente, sino desgarrar la sociedad que está siendo atacada.
¿Podría explicar en más detalle ese impacto social y colectivo de la hambruna?
Muy a menudo, el elemento social -el trauma, la vergüenza, la pérdida de dignidad, la violación de tabúes, la ruptura de vínculos sociales- es más significativo en la memoria de la experiencia de los supervivientes que la experiencia biológica individual.
Todos estos traumas son la razón por la que los irlandeses tardaron casi 150 años en poder conmemorar la hambruna que vivieron en la década de 1840.
Quienes infligen una hambruna son conscientes de ello; saben que lo que hacen es, en realidad, desmantelar una sociedad.
La campaña militar del ejército israelí, junto con la destrucción de bienes indispensables para la supervivencia de la población civil y el reiterado desplazamiento forzado de comunidades, apunta a una intención que va mucho más allá de derrotar a Hamás. Indica la intención de desmantelar una comunidad política y social funcional en Gaza, o incluso expulsar por completo al pueblo palestino de Gaza.
La GHF promueve ese objetivo bélico. De hecho, si se determina que Israel es responsable de genocidio, la GHF será su cómplice.
