Vecinos denuncian falta de fiscalización mientras autoridades locales y urbanistas alertan sobre los riesgos de una inversión desorganizada
El crecimiento descontrolado de mini comercios clandestinos en barriadas abiertas de Panamá ha encendido las alarmas entre residentes y autoridades locales, ya que la proliferación de tiendas, locales improvisados y negocios dentro de viviendas sin permisos ni fiscalización está generando molestias, preocupaciones por la seguridad y un llamado urgente a ordenar el uso del suelo, informó el diario Metro Libre.
En entrevista con Metro Libre, Iván Cheribin, representante del corregimiento de Rufina Alfaro y actual presidente del Concejo Municipal del distrito de San Miguelito, reconoció que el problema se ha agravado en los últimos años.
“Nosotros como autoridad hemos tratado de corregir esta situación. Desde mi posición, le pedí al anterior viceministro de Ordenamiento Territorial que hiciéramos un plan parcial para todos, pero no se concretó”, dijo Cheribin.

Además fue enfático en su rechazo al crecimiento desordenado de estos comercios, en especial los instalados en vías principales.
“No puede haber una inversión desorganizada. Estamos en contra de tiendas, kínderes, iglesias y locales que manejan químicos, afectando a los vecinos y al tráfico en algunos lugares”, advirtió el representante.
Desde el sector de la construcción, una fuente de la Cámara Panameña de la Construcción (CAPAC) explicó que, al crearse una urbanización, los terrenos están zonificados con uso de suelo residencial.

“Si esa casa se convierte en un comercio, eso va en contra del uso por el que se adquirió”, explicó, señalando que esta práctica pone en riesgo el orden urbanístico y la calidad de vida en las comunidades.
Sin embargo, no todos los actores del sector inmobiliario ven el fenómeno de la misma manera. Martha Vargas, asesora inmobiliaria especializada en barriadas abiertas y PH residenciales, señaló que este tipo de actividad comercial es muy común y ocurre en todo el país.
“Esto no lo regula nadie. Las personas pueden hacer este tipo de negocios porque está en su propiedad, siempre y cuando no incomode el bienestar de los vecinos. Las autoridades competentes son las encargadas de fiscalizar, siempre y cuando haya una querella”, indicó Vargas.
Ante las múltiples denuncias ciudadanas y la falta de control en muchos sectores, la Alcaldía de Panamá ha comenzado a tomar acciones, se han implementado operativos para eliminar puestos de venta informales que ocupan las principales calles, y se contempla trabajar en 26 corregimientos de la ciudad para regular los comercios no fiscalizados que afectan la convivencia vecinal.
Dentro del plan de reordenamiento urbano de la Alcaldía también se contempla la habilitación de espacios adecuados para vendedores informales, con el objetivo de que puedan operar de manera más organizada y con mejores condiciones de salubridad, sin perturbar el entorno residencial.
