Uno de cada cuatro niños vive en zonas de alta vulnerabilidad climática, y son las comunidades indígenas y rurales las de mayores riesgos
El Ministerio de Ambiente (MiAMBIENTE) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) presentaron un estudio sobre el impacto de la crisis climática, ambiental y energética en el desarrollo y bienestar de las niñas, niños y adolescentes de Panamá.
Esa investigación alerta sobre los efectos desproporcionados del cambio climático en la niñez panameña, especialmente en contextos de mayor vulnerabilidad social y geográfica.
Según el informe, uno de cada cuatro niños en Panamá reside en zonas expuestas a alta vulnerabilidad climática, donde el aumento de las temperaturas, la pérdida de servicios básicos y la frecuencia de desastres naturales están afectando directamente su salud, educación y seguridad.

Los grupos más perjudicados son aquellos que viven en pobreza, tienen alguna discapacidad, han sido desplazados forzosamente o pertenecen a pueblos indígenas.
Las regiones de Bocas del Toro, Darién, Ngäbe-Buglé, Emberá-Wounaan y Guna Yala presentan los mayores riesgos, ya que en esas áreas, se enfrentan desafíos como la desnutrición, el abandono escolar, la inseguridad alimentaria y el aumento de la violencia asociada a la escasez de recursos.
Se estima que más del 50% de la población infantil rural tiene dificultades para acceder a una alimentación adecuada.

Desde 1971, la temperatura en Panamá ha aumentado 0.23 °C por década, y en los últimos 20 años, las emisiones contaminantes se han duplicado, además, cada año más de 102,000 toneladas de residuos llegan al mar, mientras el 10% de los hogares con niños y adolescentes y el 18% de las escuelas de premedia carecen de acceso a electricidad, señala el estudio.
“El cambio climático no es solo una amenaza ambiental, es una emergencia social que pone en riesgo el presente y futuro de nuestra niñez. Este estudio ve con claridad dónde debemos actuar, cómo y con qué urgencia,” afirmó el viceministro de Ambiente, Óscar Vallarino.
“La infancia y la adolescencia deberían estar en el centro de las soluciones como agentes de cambio”, subrayó Sandie Blanchet, Representante de UNICEF en Panamá.
Añadió que invertir en adaptación climática no solo es justo, también es inteligente. Cuando esas inversiones se hacen con enfoque en infancia, su impacto se multiplica.
