Con inversiones extranjeras millonarias y una producción que se multiplicó por 20, la región más pobre de Minas Gerais emerge como un actor clave en el mercado global del “oro blanco”
La creciente demanda mundial de litio, impulsada por la industria de los vehículos eléctricos, ha transformado al Valle del Jequitinhonha en el nuevo “El Dorado” de este mineral estratégico, informó la agencia EFE.
Ubicada en el estado de Minas Gerais, esta zona concentra el 85% de las reservas brasileñas y el 8% de las mundiales, lo que ha atraído a grandes compañías mineras extranjeras y ha desatado un boom económico sin precedentes.
Desde que en el 2022 el gobierno brasileño autorizó por primera vez la exportación de litio, la producción en la región se ha multiplicado por veinte, alcanzando las 320,000 toneladas de concentrado de espodumeno previstas para este año.

Este salto se ha logrado con solo dos empresas en operación, la brasileña Companhia Brasileira de Litio (CBL) y la canadiense Sigma Lithium, que juntas están liderando la transformación del área.
En total, cinco mineras han anunciado inversiones por unos $1,165 millones, con planes para ampliar la producción y posicionar a Brasil como el tercer mayor productor mundial de litio para el 2027.
A pesar del desplome del precio del concentrado de litio -de $4,000 por tonelada en el 2022 a $950 en el 2025-, los costos operativos más bajos de Brasil mantienen la actividad rentable. “Mientras que en Australia el costo por tonelada es de $1,000, aquí es de solo $500. Por eso seguimos creciendo”, explicó Daniel Abdo, vicepresidente de Sigma Lithium.

Además de Sigma y CBL, otras cuatro compañías —AMG (Canadá), Atlas Lithium (EE.UU.), Pilbara Minerals (Australia) y Lithium Ionic (Canadá)— están en fase avanzada de desarrollo, con inversiones que superan los $450 millones.
Mientras tanto, las pequeñas ciudades de Araçuaí e Itinga se ven transformadas por la llegada de maquinaria pesada, camiones cargados de mineral, geólogos y representantes de empresas internacionales.
