El IGF-II, producido de forma natural, actúa como escudo para las neuronas dañadas y abre nuevas vías terapéuticas contra la enfermedad
Un equipo de investigadores del Instituto de Investigación Biomédica de Málaga (IBIMA) y de la Universidad de Málaga ha descubierto que una hormona presente de forma natural en el cuerpo humano, el IGF-II, tiene un potente efecto protector sobre las neuronas afectadas por la enfermedad de párkinson, informó la agencia EFE.
El hallazgo, publicado en la revista científica Journal of Advanced Research, representa un avance significativo en la búsqueda de tratamientos que no solo alivien los síntomas de esta enfermedad neurodegenerativa, sino que también puedan ralentizar o incluso frenar su progresión, según han informado las autoridades regionales de Andalucía.
En estudios de laboratorio, los científicos comprobaron que esta hormona —similar a la insulina— actúa como un escudo frente al daño neuronal. Las neuronas expuestas al IGF-II mostraron una mayor resistencia a los procesos degenerativos característicos del párkinson.
Los investigadores detallan que la hormona mejora el funcionamiento de las mitocondrias, las estructuras celulares que suministran energía; activa mecanismos de reparación del ADN, previniendo daños genéticos que pueden llevar a la muerte celular; y detiene procesos de autodestrucción en neuronas ya dañadas.
El grupo lleva investigando el potencial del IGF-II desde el 2007 y ya en el 2021 había demostrado sus efectos protectores en modelos animales. El nuevo estudio se ha realizado en colaboración con científicos de la Universidad de Módena y Reggio Emilia (Italia) y ha contado con financiación de la Universidad de Málaga, el Ministerio español de Ciencia y fondos europeos.
Este avance podría allanar el camino hacia tratamientos más efectivos para millones de personas que viven con párkinson en todo el mundo.