Sin servicios básicos y aislada por el muro de separación, esa comunidad palestina lucha por sobrevivir ante órdenes de demolición israelíes
Nuaman, una pequeña aldea enclavada entre Jerusalén y Belén, vive sus días más oscuros, ya que sus casas, construidas hace más de 60 años, están bajo amenaza de demolición por parte de Israel, y sus cerca de 200 habitantes enfrentan una situación de total aislamiento, sin ciudadanía reconocida ni acceso a servicios básicos, informó la agencia EFE.
“Después de todo, nos hemos dado cuenta de que el racismo sionista quiere quedarse con toda nuestra tierra”, expresó Yamal Darawi, jefe del consejo local, durante una reciente visita organizada por la ONG israelí Ir Amim Darawi.
Desde 1967, tras la ocupación israelí del este de Jerusalén, Nuaman fue incorporada a la municipalidad de la ciudad, pero sus residentes fueron registrados como habitantes de Cisjordania.

La contradicción no tuvo mayores consecuencias hasta los años 90, cuando tras los Acuerdos de Oslo, Israel empezó a considerar a sus habitantes como “residentes ilegales”, prohibiéndoles construir nuevas viviendas y restringiendo su movilidad.
El aislamiento se agravó en el 2003 con la construcción del muro de separación, que dejó al pueblo físicamente cercado, obligando a sus vecinos a cruzar puestos militares, incluso para realizar actividades básicas como comprar alimentos o asistir a la escuela.
A pesar de vivir dentro de los límites municipales de Jerusalén, Nuaman no cuenta con electricidad pública, agua potable, transporte ni recolección de basura, sin embargo, en el 2019, las autoridades israelíes comenzaron a exigirles el pago retroactivo del impuesto de vivienda, como si gozaran de esos servicios.
Y en enero de este año, el golpe más duro, se emitieron órdenes de demolición para todas las viviendas del poblado. “Esperamos que las demoliciones se produzcan en cualquier momento”, lamenta Darawi.

Además aseguró que no abandonará la aldea bajo ninguna circunstancia. “Es imposible que me saquen de aquí, salvo que sea a la tumba”, afirmó.
A solo unos metros se alza el asentamiento israelí de Har Homá, cuya expansión amenaza con engullir por completo a Nuaman.
Considerado ilegal por el derecho internacional, porque les quita a los palestinos la propiedad de sus tierras ancestrales con un proyecto inmobiliario israelí que forma parte del plan para bloquear el crecimiento urbano de Belén.
El proceso, podría acabar con los últimos vestigios de esta comunidad atrapada en el olvido.
La historia de Nuaman no es solo la de una aldea en riesgo, sino también la de un pueblo que, desde hace décadas, resiste a ser borrado del mapa como está haciendo Israel con su campaña de exterminio en Gaza.
