Panamá acumula casi 50,000 casos en el 2025, incluyendo 161 en humanos, en medio de una crisis que ya afecta a toda Centroamérica y México
La crisis sanitaria regional por el gusano barrenador del ganado entró en una nueva fase esta semana tras confirmarse en Estados Unidos el primer caso humano asociado a esta plaga, el paciente, residente del estado de Maryland, había viajado previamente a Centroamérica, lo que reavivó la alarma internacional sobre el avance del parásito en la región, informó el diario La Estrella.
El gusano barrenador resurgió en Panamá en el 2023, tras casi dos décadas de erradicación, y desde entonces se ha propagado a todos los países de Centroamérica y México.
Según el último boletín epidemiológico de la Comisión Panamá–Estados Unidos para la Erradicación y Prevención del Gusano Barrenador del Ganado (COPEG), en lo que va del 2025 se han confirmado 49,578 casos en Panamá, con 672 nuevos en la última semana, el 85% corresponde a bovinos, pero también hay 161 casos en humanos y afectaciones en múltiples especies silvestres y domésticas.

La situación ha encendido las alertas en toda la región, y Panamá mantiene casos activos en todas las provincias, excepto Guna Yala, mientras que países como Costa Rica, Nicaragua, Honduras, Guatemala, El Salvador, Belice y México han reportado brotes.
México informó recientemente sobre un foco en Veracruz, a menos de 600 kilómetros de la frontera con Estados Unidos, lo que llevó al Departamento de Agricultura de ese país (USDA) a emitir restricciones en el movimiento de ganado.
“Estamos en un punto de inflexión, debemos fortalecer la comunicación con los productores, educar a la población y ampliar la capacidad científica para generar más moscas estériles”, advirtió Carlos Moreno, director de COPEG.

Panamá y Estados Unidos habían logrado erradicar la plaga entre 1998 y el 2006 mediante el uso de la técnica del insecto estéril (SIT), con la construcción de la planta de producción de moscas estériles en Pacora.
Sin embargo, el crecimiento exponencial del hato ganadero en Darién (de 22,000 cabezas en 1984 a más de 250,000 hoy), las condiciones climáticas favorables y el movimiento no controlado de animales infectados, han contribuido a su reaparición.
Además de incrementar la producción semanal de pupas estériles de 20 a 109 millones y ampliar la dispersión aérea a 26 vuelos semanales, COPEG enfrenta el desafío de cerrar una brecha crítica, se necesitan liberar al menos 500 millones de moscas estériles por semana para contener el brote.
Ante esa necesidad, México inició en julio la construcción de una nueva planta con una inversión de $51 millones por parte de Estados Unidos, con el objetivo de producir cientos de millones de moscas estériles adicionales y reforzar la contención antes de que la plaga cruce hacia territorio estadunidense.
