Rosmer Jurado, presidente del gremio, destaca la necesidad de innovar, agilizar trámites y aprovechar los tratados comerciales para generar empleo
El presidente del Sindicato de Industriales de Panamá (SIP), Rosmer Jurado, hizo un llamado a transformar la visión del sector hacia una cultura exportadora, aprovechando el potencial logístico del país y los tratados comerciales vigentes con más de 60 países, informó el diario Panamá América.
“Nuestra industria no puede limitarse al mercado local. Tenemos que pensar en grande, exportar y llevar nuestros productos al mercado exterior. No hay límites cuando decidimos expandirnos”, señaló Jurado.
Panamá cuenta actualmente con más de 23 tratados comerciales, lo que representa una plataforma de gran alcance para que los productos nacionales ingresen a mercados con condiciones preferenciales.
Para Jurado, una visión exportadora no solo fortalece la industria, sino que también genera más empleo y dinamiza otros sectores de la economía.
“Aprovechar esos tratados nos permite expandir nuestra capacidad instalada, producir más y emplear a más panameños. Está comprobado que un dólar invertido en la industria tiene un efecto multiplicador significativo en toda la economía”, afirmó.
El dirigente industrial también destacó que el sector que representa es el principal comprador del agro nacional y uno de los mayores generadores de empleo, especialmente en el interior del país.
“Somos el cuarto empleador más grande de la economía, con un impacto directo en el 5% del total de empleos del país”, añadió.
Jurado también subrayó los retos estructurales que enfrenta la industria, entre ellos la burocracia y los procesos administrativos lentos que limitan la competitividad del sector.
“Necesitamos que las políticas públicas faciliten los procesos. La tramitología debe ser ágil para que las actividades productivas se ejecuten con rapidez”, insistió.
Respecto a iniciativas legislativas que buscan imponer nuevas regulaciones al sector industrial, el presidente del SIP fue enfático en solicitar que cualquier medida sea producto de un sustento técnico sólido.
“No nos oponemos a la regulación, pero sí pedimos que haya fundamentos técnicos que respalden las decisiones. Solo así se puede garantizar un equilibrio entre crecimiento industrial y cumplimiento normativo”, concluyó.