El autócrata salvadoreño no viajó a Nueva York en el 2025, rompiendo una tradición de seis años consecutivos con discursos marcados por su visión crítica del orden mundial
Por primera vez desde que llegó al poder en el 2019, el autócrata salvadoreño, Nayib Bukele, no participó este año en la Asamblea General de las Naciones Unidas, en Nueva York, informó la agencia EFE.
La ausencia del mandatario, reelegido para un segundo mandato en junio del 2024 en medio de señalamientos de inconstitucionalidad, contrasta con la presencia de sus homólogos regionales como Bernardo Arévalo de Guatemala y José Raúl Mulino de Panamá.
La decisión de no asistir marca un corte en una práctica sostenida por seis años, en los que Bukele convirtió el escenario de la ONU en una plataforma global para defender su visión del mundo, cuestionar el sistema multilateral e impulsar su narrativa sobre el renacer de El Salvador.
La participación del autócrata en la ONU ha sido, en varias ocasiones, motivo de titulares. Su debut en el 2019 fue recordado por tomarse una selfie en el podio antes de comenzar su discurso.
“Esta selfie que subiré a redes sociales será vista por más personas que las que están viendo este discurso”, dijo entonces, en una intervención que ya anticipaba su estilo disruptivo y mediático.
En el 2020, en plena pandemia de COVID-19, envió un mensaje grabado en el que se solidarizó con el mundo ante la emergencia sanitaria global, pero fue en el 2021 cuando intensificó su tono crítico, asegurando que la Asamblea General se acercaba a la “obsolescencia” y que el mundo se dirigía hacia una nueva crisis global, comparando el contexto con los años previos a la Segunda Guerra Mundial.
Lo probé con una selfie”, dijo ese año, haciendo referencia a su acto del 2019, como una forma de señalar la desconexión entre los líderes políticos y la sociedad contemporánea.
En los años siguientes, Bukele centró sus discursos en la seguridad pública y en su plan de combate a las pandillas, bajo un régimen de excepción que continúa vigente y ha sido duramente criticado por organizaciones de derechos humanos.
Durante su intervención del 2022, destacó que El Salvador había pasado de ser el país “más peligroso del mundo” a estar en camino de convertirse en el más seguro de América, en el 2023, celebró el “éxito” del plan y afirmó que “El Salvador está renaciendo”.
Ya en el 2024, su discurso giró hacia una advertencia global. “El mundo se ha vuelto dividido, deprimido, preocupado, hostil y sin esperanza”, dijo, asegurando que “el mundo libre, ya no es libre”, y calificando la situación actual como el inicio de una “nueva era oscura de la humanidad”.
La ausencia de Bukele en el 2025 ha generado especulación sobre las razones detrás de su decisión. El régimen salvadoreño no ha emitido un comunicado oficial explicando su inasistencia.
La situación contrasta con la participación activa de otros líderes centroamericanos como Arévalo y Mulino, quienes aprovecharon la Asamblea para presentar propuestas climáticas, de seguridad y de integración regional.
Tampoco se ha anunciado si Bukele enviará un mensaje grabado, como ocurrió en el 2020, con su ausencia en esta edición, surge la pregunta de si Bukele está redefiniendo su estrategia internacional o simplemente priorizando asuntos internos tras su controvertida reelección.